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Vicky Gils, la mamá infuencer: la maternidad real, la ayuda por Instagram y la creación de contenidos

Es la creadora de @mammaminas, una cuenta que desmitifica a la maternidad “perfecta”.

por Matias Ayrala

07 Agosto de 2022 08:00
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En 2014, Vicky Gils tenía 24 años y dos de casada. Su deseo de ser madre crecía día a día. Así que con su pareja, planificaron la llegada de su primer hijo. Pero las cosas no salieron como creían. Un médico dio pronóstico de infertilidad y el mundo se derrumbó para ambos. Pero esta es un historia que, aún se escribe y aunque no tiene final, es feliz. Victoria hoy es madre de Ramón, de seis años, y de Vicente, de tres. Además es la creadora de @mammaminas, una cuenta de Instagram que desmitifica a la maternidad “perfecta”.

 

¿Cuál fue el camino que recorrió desde la tristeza y la desesperación hasta la maternidad y la fama en redes sociales? La vida. A modo de resumen, Vicky le cuenta a BigBang: “Con solo 24 anos, nació mi deseo de ser mamá. Yo me había casado 2 años atrás con mi novio de toda la vida y ya sentíamos que era el momento de ser papas. Empezamos la búsqueda con muchas ansiedades y miedos, siempre confiando en que nuestros cuerpos jóvenes iban a funcionar a la perfección y que el heredero llegaría rápido. Contra todo pronóstico eso no sucedió”.

 

Y completó: “Caímos en la tan temida infertilidad, pasamos por millones de estudios médicos, diagnósticos, profesionales de todo tipo y un sinfín de procesos muy invasivos y estresantes. Conseguimos un primer embarazo que terminó en una perdida gestacional espontánea a las 9 semanas y, el camino cada vez se iba complicando más y más. Finalmente en noviembre del 2015 llegó ese embarazo tan deseado y en Junio del 2016 llegó mi primer hijo, Ramón. La felicidad era enorme”. 

Mientras descubría un nuevo universo, Vicky decidió crear un nuevo mundo y lo hizo en redes sociales, específicamente en Instagram: “En febrero, cuando Ramon tenía 8 meses, junto con Juana Repetto (a quien había conocido haciendo gimnasia para embarazadas) decidimos crear juntas una cuenta que se llamó Mammaminas. Fue una cuenta que nació para desmitificar la maternidad rosa, la perfecta, la de la típica foto. Si a mí había algo que me había pasado con mi camino a ser mama es que nadie me había contado lo difícil que podía resultar, no solamente el solo hecho de conseguir un embarazo si no también el embarazo en sí y el tan temido puerperio, donde absolutamente nada es perfecto y las emociones se ponen patas para arriba”.

 

Y en ese punto, describe sobre su cuenta, que cuenta con más de 160 mil seguidores: “Mammaminas es un espacio donde trato de empatizar, contar lo que nadie cuenta de la maternidad para poder ayudar a todas esas mujeres que se sienten solas, con culpa, cansadas y no saben para donde salir corriendo. Pero no solo eso, sino que también es un espacio donde comparto todas aquellas herramientas que me fueron super útiles a la hora de criar a mis hijos. En 2017 empezamos una serie de talleres que se llamaron “Talleres Mammaminas” donde organizamos diferentes workshops para que las mujeres se puedan preparar e informar para tener más herramientas a la hora de criar a sus hijos”. 

-¿or qué crees que sos de las primeras madres influencers de la Argentina:?

-Cuando nació Mammaminas no había ninguna cuenta en Instagram que hablara de maternidad real, en Instagram era todo perfecto. Me acuerdo de buscar desesperadamente alguien que haya pasado por lo mismo que yo y lo único que el buscador me devolvía eran fotos de bebes perfectos, familia felices y cuentos de hadas. Nadie contaba la posta en ese momento, nadie hablaba de que podes tener muchas ganas de tener un hijo pero que el camino se puede complicar, nadie hablaba de lo que se siente tener un diagnóstico de infertilidad, nadie hablaba de lo desgarrador que es perder un embarazo cuando lo único que escuchas a tu alrededor son frases como “si paso por algo es” “quédate tranquila que a muchas mujeres les pasa”. Yo necesitaba leer a alguien que cuente en carne y hueso lo desgarrador que se siente, lo sola que te sentís y lo desgastante que es el proceso. Nadie hablaba tampoco del puerperio, de la depresión post parto ni de ninguna otra frustración, miedo, ni angustia que las mujeres sentimos a la hora de criar a nuestros hijos. Allá por el 2017 en las redes sociales solo se hablaba de perfección, frivolidades y NADIE se animaba a contar la realidad por más simple que fuera. Yo, después de mi diagnóstico de infertilidad en 2015 y después de haber logrado ser mamá me propuse contarle al mundo entero que ser mama NO es un camino fácil y que NO todo es color de rosas y así fue como esa necesidad TAN genuina de acompañar, desmitificar, empatizar llevaron a Mammaminas a ese lugar importante que ocupa en redes hoy en dia.

-¿Cómo vivís este momento profesional?-La verdad es que estoy feliz con todo lo que pasó. Empecé compartiendo mis historias como madre de la vida real y hacía un poco de catarsis sobre lo que vivimos las madres y lo que nos pasa, y jamás me imaginé la repercusión tan positiva que iba a tener. 

 

-¿En qué te cambió ese impacto en lo personal?-Me cambió en varios aspectos. Sobre todo me ayudó a encontrarme con mujeres que estaban pasando lo mismo que yo en el mismo momento. Yo fui madre muy joven, comparada con mis amigas, porque me casé muy chica y encontrarme con mujeres con los mismos problemas, igual de asustadas, igual de preocupadas que yo en ese momento, me ayudó mucho en mi maternar en el día a día saber que no estaba sola, que tenía los mismos problemas y que transitaba esas crisis. Eso me ayudó a sobrellevar mi maternidad cuando todo se hacía difícil. 

-Ahora Vicente tiene 3 y Ramón tiene 6 años, ¿cómo ves esa evolución como madre en perspectiva?-En realidad, lo que me pasó, cuando era tan joven no tenía a quien preguntarle. Soy la más chica de todos mis hermanos, me llevan muchos años, mis amigas no tenían hijos, y haber criado a mis dos hijos en un principio sola y después con todo el back up de las redes, conectándome con madres y con profesionales, me cambió todo. Y gracias a eso yo no estaría parada donde estoy parada hoy respecto a mis hijos, respecto a la información, respecto a la contención si no hubiese sido por las redes.

-¿Cuáles son las dudas más comunes que te hacen las madres?-Son tantas... una de las dudas más comunes que más me sirvieron y compartí cuando tuve mi segundo hijo, porque tuve una gran crisis post-parto, algo que no me esperaba y pensaba que iba a ser lo mismo, y todo eso lo compartí en redes. Y compartí momentos muy oscuros. 

 

-¿Cómo cuáles?-Como contar que pensaba “¿Por qué tuve este hijo?” o “¿Por qué lo hice?”. Después de que pasaron los años y las cosas se fueron acomodando, muchas mujeres me consultaba y me escribían para decirme que estaban igual que yo, que su nuevo hijo les había pegado muy mal, que estaban con depresión o que las cosas no les salían como pensaban. Y se acordaban de todo lo que había compartido. También me preguntan mucho sobre las típicas cuestiones de crianza con las cuales yo me fui interiorizando e informando un montón como lactancia, destete, un tema tabú en la lactancia y que es difícil. A mí me pasó en la lactancia a libre demanda que no dormía. Entonces empecé a destetar de a poco y tengo muchas consultas sobre ese tema. También sobre la alimentación porque me preocupo de que mis hijos coman sano. Entonces en el inicio de la alimentación complementaria, cuando los bebés tienen seis meses y empiezan a comer me consultas qué les doy, cómo lo cocino y de dónde saco las recetas. Y también qué productos o marcas uso porque el influencer también hace eso.

-Lo más profundo de la creación de tu cuenta de Instagram tiene que ver con lo que sufre una mamá y que no todo es perfecto. -Eso fue uno de los puntos que me hizo crecer y me hizo empatizar con las mujeres porque no había madres que se animaran a habla de eso. Nadie contaba la historia real. No había ninguna mujer que dijese: “Estoy mal con mi hijo, no puedo conectar. No puedo sobrepasar el puerperio. Estoy colapsada”. O contar que uno a veces se enoja y le grita a sus hijos, y ellos lloran. Y dejar en claro que no todo es color de rosa en la maternidad. Y en Instagram hay muchas mujeres que no se animan a controlar la verdad. La mayoría muestra su vida perfecta, siempre impecable, los chicos siempre divinos y la verdad eso no pasa. Por eso considero que fui disruptiva porque me animé a mostrar que no soy perfecta, que estoy cansada y que muchas veces estoy sobrepasada, reto a mis hijos y que muchas mujeres pasan por lo mismo. Ese feedback entre yo como influencer y las madres se sentían empatizados al 100% y que no eran un bicho raro. 

 

-¿Fuiste la primera madre que hizo eso en redes sociales?-Creo que sí porque en ese momento Instagram eran todos momentos perfectos, paisajes hermosos y caras divinas. Cuando empecé a decir que era lo que nos pasaba y cuando me empecé a animar, ahí fue todo cuando todo empezó a tornarse real en todos los sentidos. Hace un tiempo también tomé la decisión de no usar más filtros porque en muchas cuentas usaban filtros todo el tiempo y era raro. Una vez probé el filtro de una influencer y no podía creerlo. No era una cara real. Así que le dije a mi audiencia que me iban a ver siempre como soy y sin filtros. Me van a ver si estoy baqueteada, cansada o si tengo ojeras. Y esa transparencia terminó haciendo que crean y confíen en mí.

-¿Cómo es el ida y vuelta con tus seguidoras?-Mucho mensaje por privado que me lleva mucho tiempo responder. Trato de responder todo pero a veces no puedo. Además entre la misma comunidad se arman conversaciones en los posteos. Cuando es un tema medio candente, se van apoyando entre ellas y eso está buenísimo porque arma como una red de sostén enorme. Me acuerdo de un posteo que hice porque yo tuve muchos problemas de infertilidad y perdí un embarazo, y me acuerdo que hubo miles y miles de comentarios que entre ellas se iban ayudando a raíz del posteo inicial. 

-¿Te acordás de alguna seguidora que haya marcado por su historia?-Un mensaje de una seguidora que fue terrible y a la que conocí en un taller que di antes de la pandemia. Al final del evento nos quedamos charlando. Ella tenía un bebé muy chiquito. Al año me escribió y me contó que había atravesado un cáncer de mama, que se había desarrollado durante el embarazo, que había tenido que destetar a su hijo, que había tenido que atravesar todo el tratamiento y superar el cáncer de mama con dos niños muy pequeños, y estaba bien. Me acuerdo la emoción y me acuerdo de la revolución de emociones. Fue una relación intensa, nos hablamos mucho, me acuerdo cuando finalizó el tratamiento y fue una historia que me pegó bastante.              

-¿Cómo fue tu trabajo en redes durante la pandemia?-A nivel redes sociales la pandemia fue terrible. Yo no podía mostrar mucho, ni ayudar mucho... Mi salvataje fue pensar cómo podía ayudar y generar redes y vínculos. Entonces creé un canal de Spotify con 10 episodios en los que entrevisté a 10 profesionales para darle más herramientas a las mujeres. Además en la pandemia había sobreinformación, sobre-vivos porque todo el mundo hacía transmisión y había una catarata de contenidos que parecía imparable. Entonces traté de hacer algo diferente. A las madres también nos pasa que no podemos ver el contenido de todos todo el tiempo. Ahora las madres me agradecen, por ejemplo, que subtitulo las historias porque las miran cuando están sus hijos durmiendo al lado y no las pueden ver con sonido. Son diferentes herramientas para crecer en las redes.-¿Cómo fue cambiando tu mirada sobre Instagram?-Creo que Instagram presiona a los creadores para realizar contenidos de calidad. Creo que todos estamos en un momento de transición para adaptarnos a la plataforma con videos o reels, o demás exigencias. Y que el público en sí también está más exigente. De hecho, nos pasa a todos que dejamos de seguir a creadores porque vemos que se repiten. Yo, por mi parte, voy a seguir fiel a mi estilo porque no voy a convertirme en un TikToker. Trataré de aggionarme en la medida de lo posible. Y otro punto es que en mi vida real no puedo estar grabando todo las 24 horas porque tengo dos hijos y es imposible y no es real. 

          

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