04 Agosto de 2017 10:32
Hay un personaje que trabaja en la Casa Rosada desde hace cuarenta años. Víctor Hugo Bugge es el fotógrafo presidencial. Comenzó su trabajo durante la última dictadura cívico militar y atravesó todos los gobiernos constitucionales desde el retorno de la democracia. En un posteo de la cuenta oficial de la Casa de Gobierno en Instagram, reveló que desde pequeño padece un trastorno neurológico y hasta dio recomendaciones.
La cámara bendita. El Papa Francisco bendijo la cámara de Victor Bugge en el Vaticano.
Con 61 años, Bugge es el hombre que capturó más momentos con su cámara en la Casa de Gobierno. Comenzó como fotógrafo presidencial con Jorge Rafael Videla, prosiguió con Roberto Viola, Leopoldo Galtieri y Reynaldo Bignone. Ya en democracia, trabajó durante el Gobierno de Raúl Alfonsín, los dos mandatos de Carlos Menem, la fallida presidencia de Fernando De la Rúa que culminó con el estallido social económico y político de diciembre de 2001, con cinco presidentes en unos pocos días. También atravesó el mandato de Eduardo Duhalde, los 12 años del kirchnerismo y los casi dos años de gobierno que lleva Mauricio Macri.
En las últimas horas, y por medio de la cuenta oficial de la Casa Rosada en Instagram, Bugge contó que tiene síndrome de Tourette, el trastorno del sistema nervioso que se manifiesta con tics físicos y fónicos, que aparece a temprana edad, y que meses atrás estuvo en boca de todos, ya que lo padece un personaje de la serie televisiva Las Estrellas, por El Trece, interpretado por Violeta Urtizberea.
En su relato, Bugge asegura que cuando era chico lo apodaban “cogote con hipo” cuando jugaban al fútbol. “No paraba de mover la cabeza y hasta hacía algunos ruidos”, contó el reconocido fotógrafo presidencial. “Fue duro, durante años me peleé con mi condición y sus tics, pero fui descubriendo y nos amigamos. Me ayudó a forjar mejor mi carácter, a tener más control sobre las cosas”, comentó.
Respetado en el mundo de los fotógrafos, Bugge indicó que le resultó complejo, ya que la fotografía es un oficio que exige “mucha precisión y estar concentrado”. Por eso, recomendó: “A los que tienen Tourette les digo que lo disfruten, lo reten y lo abracen. Ser diferente tiene sus ventajas”.