03 Diciembre de 2019 11:03
Antes de pegarse un tiro en la cabeza delante de sus hijos, Guillermo Romeu fue pastor evangélico en la Iglesia Evangélica Manantial, líder del Comando Ashtar y finalmente de la Secta Radar Uno. Romeu decía que era un extraterrestre que había reencarnado en la tierra y que iba a llevar al pueblo elegido hacia otro mundo, no sin antes participar de una espeluznante guerra cósmica contra los "grises", extraterrestres con los cuales sin embargo consideró la posibilidad de intercambiar algunas vidas humanas a cambio de tecnología. Romeu había logrado que sus adeptos donaran entre 400 y 4000 dólares mensuales para la causa: mucho más que el diezmo que habitualmente contribuyen los miembros de las iglesias. Con ese dinero compró una 4X4, armas, computadoras y armó un bunker para la guerra cósmica en la localidad bonerense de Boulogne.
Veintiún años después, el periodista Alejandro Agostinelli halló a Brian Bach, quien fuera uno de los lugartenientes de Romeu y hoy trata de reconstruir su vida en los Estados Unidos, lejos del mundo de los platillos voladores y de las guerras cósmicas. En una entrevista para el programa periodístico Gravedad Zero, que se emite a través de YouTube, Bach contó los pormenores de aquel demencial grupo que llegó a su fin el 12 de enero de 1998, con el suicidio de su líder, en el mismo día en que su hijo cumplía ocho años. El uso, acaso abuso, de antidepresivos y una dolorosa separación sentimental de su mujer, Cecilia, develaron una trama increíble.
Amigo del Pastor Héctor Aníbal Giménez, Romeu aprendió en el templo Ondas de Amor y Paz a liderar huestes espirituales. "Tenía dos partes, la parte religiosa o espiritual -Guillermo tenía raíz pentecostal- y la parte de la nueva era, hablando de un Jesús que había sido elevado en un Ovni cuando resucitó, y que vendría a rescatarnos con todo un ejército de naves extraterrestres, a cargo de su mano derecha, el comandante Ashtar Sheran", explica Bach.
En otro momento de su testimonio, el ex adepto hace una revelación escalofriante. "Había un geriátrico de Vicente López que recibía donaciones nuestras constantemente. Era parte de la fachada que había planeado Guillermo para que se viera que nosotros éramos una entidad legítima que hacía obras de bien y estaba todo documentado. El otro objetivo del grupo era formalizar un contacto con una entidad extraterrestre, la que fuera. En los últimos tiempos me enteré que estaba el objetivo de captar individuos que pretendieran suicidarse para hacer un canje con los grises -que supuestamente experimentaban con seres humanos- y entregárselos a cambio de tecnología".
La fachada externa de Radar 1 era la supuesta "investigación científica" de los temas extraterrestres. "Se hablaba de que tenían radares, equipo técnico: la mayoría era cartón pintado. Había computadoras que no funcionaban, un supuesto "misil" que tampoco, y cuatro o cinco armas que sí, entre ellas la Colt Anaconda con la que Romeu terminó suicidándose.
¿Pudo Radar 1 haber terminado en una masacre, un suicidio masivo como el que Jim Jones indujo a sus seguidores en aquella fantasmal secta de Guyana? Quién sabe. Bach dice que Romeu lo toreó más de una vez preguntándole si estaría dispuesto a quitarse la vida . "El lavado de cabeza y la relación de dependencia que Guillermo llegó a crear con nosotros fue impresionante", cuenta Bach en un testimonio escalofriante. La mezcla de extorsión económica y presión psicológica que llevaba adelante un líder desequilibrado se hizo, por momentos, asfixiante. Bach evela cómo funcionaba el grupo platillista que guiaba a sus propios miembros hacia el apocalipsis.
La historia completa de Radar 1