por Lorena Guarino
05 Mayo de 2016 20:10De un tiempo a esta parte, las bicicletas no solo
se convirtieron en un elemento de uso masivo, sino también
en un accesorio de moda que transformó el mercado local. De este modo, los tradicionales rodados, que si bien no perdieron terreno,
se vieron
opacados
por el
look
vintage
de los modelos más demandados.
Fueron las mujeres y los hipsters locales quienes rápidamente se hicieron eco de esta nueva forma de transitar la ciudad, imponiendo una moda, que aún hoy no pierde vigencia y que se desparramó por todo el país.
A principios de esta década comenzaron a surgir tiendas especializadas en la venta de bicis retros, que captaron inmediatamente la atención de mujeres y algunos hombres que se le animaron a los colores pasteles. Pero la exclusividad tiene sus costos y estos vehículos denominados "vintage" van desde los $ 8.800 a los $ 21.600.
Los hipsters locales fueron pioneros en subirse a look retro en dos ruedas.
La pionera en esta materia fue la tienda Belosophy, al mando de Sofía del Corral, que en 2010, comenzó a especializarse en esta nueva demanda que con los años comenzó a mutar. "Hoy en día quienes eligen este tipo de bicicletas son personas que le dan un uso de ´paseo´ o bien para movilizarse dentro de barrios cerrados", cuenta Del Corral.
Pero la "moda" no alcanzó sólo a un reducto de comerciantes especializados. Firmas tradicionales como la argentina Olmos fueron empujadas por sus consumidores a tener sus propio modelo retro. La Amelie Classic,su bici más "fashion" se puede conseguir a unos $ 6.000 promedio.
"Inspirada en los modelos de bicicletas de los años 40, Amelie plasma en cada detalle las reminiscencias de una época donde el romanticismo femenino y el espíritu francés eran la principal fuente de inspiración", cuentan desde la firma argentina. "Para revivir el encanto de esos años, apelamos a los detalles artesanales: canastos, cuero y acabados perfectos, en una paleta vintage donde los tonos pasteles y los clásicos marrón y negro son protagonistas".
La tradicional marca argentina Olmo se aggiornó con un modelo vintage.
Ante este boom también comenzó el auge de los restauradores de bicicletas que se dedicaron a refuncionalizar viejos clásicos,como las Carlton, Phillips, Triumph,Rudge-Whitworth, Humber, Hércules, entre otras. Sin grandes comercios a la calle, surgió un nuevo oficio que hoy gana clientes por doquier.
Lorena Marchetti es restauradora, pero a diferencia de los noveles profesionales que surgen en este rubro, hace 15 años que se dedica a traer al presente una bicicleta del pasado. Desde "Bicicletas Plegables y más", su propia firma en Vicente López, Lorena no sólo se dedica a refuncionalizar las bicicletas que le traen, sino también a buscar viejos tesoros perdidos que se pueden encontrar abandonados en la calle, en casas o talleres.
"Una bicicleta vieja y oxidada a veces no está tan fea como parece ya que se puede convertir en una hermosa bici para seguir andando y andando. Solo con un poco de paciencia y materiales podes hacer un gran cambio" cuenta Lorena.
Restaurar una bicicleta hoy tiene costos muy variables. Los mismos pueden promediar los $ 4.000. "Una bicicleta nunca pierde valor, y más que nada es una inversión, porque conservas una bici de décadas pasadas de muy buena calidad", relata Lorena.
Sin embargo, la restauración siempre depende de encontrar las piezas adecuadas y originales para llegar a concretar el proyecto. Hoy con el boom vintage, los restauradores más novatos se posicionan a fuerza de modelos innovadores, anque retros. Allí, un poco por marketing y otro poco por el trabajo que lleva, los valores se pueden abultar bastante más y hasta duplicarse.
Cambio de hábitos
La realidad es que el crecimiento del tránsito en la ciudad y los elevados costos del mantenimiento de un auto, atrajeron un nuevo tipo de cliente, uno que no está tan pendiente del look de su bici, sino que busca practicidad extrema.
Para ellos la mejor solución fue el revival de las plegables, prácticas bicicletas que entran en cualquier hogar y se puede transportar en un colectivo o tren.
"Quienes eligen plegables son personas que no están seguras de si van a usarlas de manera asidua o son jóvenes sin espacio en sus hogares para tener una bici tradicional", explica Del Corral.
Las bicicletas plegables son las más prácticas para moverse en la ciudad.
Sin embargo, el estilo tampoco es dejado de lado por los comerciantes, que encontraron en las "plegables vintage" la conjunción de ambos mundos. Mientras el valor de una plegable tradicional tiene un costo de aproximadamente $9.800, las retro están un poco por debajo, promediando los $ 8.900.
Un clásico adepto a esta tendencia de moverse en dos ruedas es el ministro de Transporte de la Nación Guillermo Dietrich, quien no pierde oportunidad de mostrarse andando en su clásica bicicleta plegable, por toda la ciudad.