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Violencia obstétrica: el primer caso de muerte perinatal que llega a juicio

No hay antecedentes similares en Latinoamérica . Su hijo nació sin vida, la maltrataron y le entregaron el cadáver de su bebé en una caja.

por Gisela Nicosia

15 Mayo de 2018 12:45
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Entre el 14 y el 20 de mayo se realizarán distintas actividades en el marco de la semana del Parto Respetado y Johanna Piferrer suma su voz. Ella lucha desde hace casi cuatro años por las mujeres que dan a luz a hijos que nacen sin vida.

"Las mujeres que parimos sin vida también tenemos derecho a tener un parto respetado", enuncia en sus redes sociales. Ella es una de las tantas víctimas de violencia obstétrica. No está tipificado como un delito en el Código Penal, pero Johanna está decidida a que escuchen su reclamo. Ella logró que su caso fuera el primero del país que se judicializara. 

La lucha de Johanna.

Su historia es dolorosa. Duele imaginarse en su lugar. Para el 6 de octubre de 2014, Johanna llevaba 33 semanas de gestación. Durante una ecografía de rutina los médicos no escucharon los latidos del corazón de Ciro, tal como se llamaría su hijo. 

En ese momento, el equipo de salud que la atendió la llevó a la sala de maternidad. Fue inducida a parir de forma natural. Ella se opuso, pero los médicos insistieron. Johanna pidió que le practicaran una cesárea. Se lo negaron.

Pasó desde las tres de la tarde hasta las doce y media de la noche con su bebé muerto en la panza. Como pudo, se contactó con una amiga abogada quien logró que le realicen el parto asistido como pedía.

 "Yo les expliqué que no estaba en condiciones físicas ni psicológicas. Ellos insistían con que no era una urgencia y que podía esperar. Recién a las doce y media de la noche me hicieron la cesárea. Luego me dejaron internada en el área de maternidad", dice a BigBang. 

La imagen que relata es cruel. Recién operada, confirmando que su hijo había nacido sin vida, debió recuperarse en un área destinado a mujeres que tenían a sus bebés en sus brazos. 

La violencia obstétrica no está tipificada, pero sí está incluida en la ley que previene la violencia contra las mujeres. 

Pese a que no está tipificada como delito, la violencia obstétrica está conceptualizada en la Ley 26.485 de protección integral contra toda forma de violencia contra las mujeres. Según figura la ley 25.929 referida al parto respetado, sancionada en 2004, existen parámetros que debe reunir una práctica hacia la mujer en sus procesos reproductivos para garantizar sus derechos básicos." Aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicación y patologización de los procesos naturales", afirma la ley.

Pero con la ley no alcanza. No se puede denunciar penalmente. La violencia obstétrica sólo se puede denunciar de manera administrativa ante algún lugar del Poder Ejecutivo: como la Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de Violencia de Género (CONSAVIG) o la Defensoría del Pueblo.

Según informa el portal Feminacida, en el 2017 el ente recibió 89 denuncias por casos similares. Entre las prácticas más denunciadas figuran: trato deshumanizado (82%), falta de información (44&) y medicalización y patologización (42%). A su vez, el 64% de los casos se dio en instituciones privadas.

Johanna, en búsqueda de justicia, junto a sus abogadas, Vanina Panetta y Silvia Calio y la diputada por el Frente para la Victoria, Magdalena Sierra, lograron que el 24 de noviembre del año pasado, ingrese un proyecto de ley sobre atención en caso de muertes perinatales.

Johanna llevará a juicio su reclamo.

Para poder judicializar este tipo de casos, se debe acudir a la figura de daños y perjuicios. De esta manera, Johanna se posiciona como la primer mujer del país, sin antecedentes similares en toda Latinoamérica, que llega a juicio con una denuncia por daños y perjuicios basada en una demanda y en argumentos sobre este tipo de violencia en casos de muerte perinatal.

"La violencia obstétrica sólo se puede denunciar de manera administrativa ante algún lugar del Poder Ejecutivo"

Pese a que Johanna, ni sus abogadas creen que ésta sea la solución final, entienden que es comienzo para dejar de naturalizar el maltrato que ejercen las instituciones de la salud.

EL DOLOR POR CIRO

El 22 de febrero se organizó una audiencia conciliatoria para que las partes lleguen a un acuerdo. No fue posible. El hospital se niega aemitir alguna publicación en los medios masivos en la cual se visibilice la problemática. Ese fue el pedido de Johanna y sus abogadas, pero como no lograron la aceptación por parte de los directivos de la institución se está llevando a cabo una producción de pruebas y luego vendrá la sentencia judicial.

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La lucha de Johanna continúa. Por ella, por todas, por Ciro, su hijo. "Si abortás sos una asesina, pero si perdés un hijo, es una NN", dice y así suma otro reclamo. En el Código Civil y Comercial, en el artículo 21, figura que “si el concebido o implantado en la mujer no nace con vida, se considera que la persona nunca existió”.

 “A mi hijo cuando lo metieron en una caja le quitaron todos sus derechos como humano. Le quitaron su dignidad"

Entonces, según este artículo Johanna no estuvo embarazada de ocho meses ni Ciro existió. Como si no fuera suficiente, esta joven debió soportar que a su hijo se lo entreguen en una caja de archivo. “A mi hijo cuando lo metieron en una caja le quitaron todos sus derechos como humano. Le quitaron su dignidad. "Mi hijo estuvo en mi vientre. Pesó 2kg 300g. Para ellos quedó como un NN”, dice Johanna, para quien el recuerdo de su hijo es el principal motivo de lucha.

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