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Volvió The Walking Dead, una de zombies que es cosa seria

Se estrenó una nueva temporada de la serie de “muertos vivos” que es furor en todo el mundo. Por qué hay que verla aunque “odien a los zombies”.

15 Octubre de 2015 13:54
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No hay que temer a los muertos, hay que tenerle miedo a los vivos. El dicho popular, un clásico de abuelas que quieren disuadir a nietos de la existencia de espectros, fantasmas y similares, tiene una vuelta de tuerca existencial en el universo zombie.

Rick y cia. contra los zombies. 

En la tierra de muertos vivos asoma una intrigante categoría intermedia a la que se podría temer como nunca. Pero la abuela sigue teniendo razón: por más zombies que haya, por más que quieran comernos para sumarnos a sus huestes, el problema siguen siendo los vivos. El problema siempre somos los vivos.

Muertos vivos.

The Walking Dead (AMC en EE. UU., Fox en la Argentina) es una de las series más impactantes e intrincadas de los últimos años (está basada en un comic homónimo).

La trama es simple, un clásico del género: un día, algo pasa, no sabe bien qué (después ahondaremos al respecto) y todo se va al demonio. El mundo tal como lo conocíamos comienza a terminar: el contagio es masivo y global. Todo cambia, todos huyen, todos mueren. O mueren sólo para levantarse después y comerse a los vivos. Apocalipsis zombie.

La serie, de la que acaba de estrenarse la sexta temporada, cuenta la vida de Rick Grimes -un policía de Georgia que un día se despierta sólo en una clínica y en medio de un mundo que comienza a llenarse de zombies-, de su familia y de un grupo de sobrevivientes que lo acompaña y que van conformando su complejo entorno -con altas y bajas, gente que se va y que viene, que pasa a un lado de los vivos y a otro. Es su ejército íntimo. Todos son sobrevivientes y, se sabe, se sobrevive como se puede.

Rick Grimes, protagonista absoluto de la serie.

Es difícil hablar de una serie de la que pasaron cinco temporadas muy intensas sin spoilear. Pero si nunca viste TWD voy a darte tres razones para que la veas (si hay algún distraído que argumenta “no me gustan los zombies”, se equivocará por mucho):

Muy rápido y por suerte, te vas a dar cuenta de que esos zombies son sólo parte del paisaje. Protagonistas secundarios. Peligrosos, implacables, siempre presentes. Pero secundarios. Acá lo que importa, lo que más miedo da, es cómo se transforman las cabezas de los vivos cuando su mundo se derrumba y se tiñe de muerte en un mundo sin ley, ni gobiernos -aparentemente-, ni comida, ni transporte, ni electricidad, ni armas suficientes... ni nada de lo que había antes.

Oscuridad: la serie se pone cada vez más dark. Con escenas realmente crudas (no de las que les explotan la cabeza a los zombies, crudas de verdad), la trama gana en intensidad y se hace cada vez más compleja.

Y sí, finalmente, los zombies. Son impactantes de verdad, el trabajo de vestuario, maquillaje y caracterización es tremendo. Abruma lo bien que se ve esta serie.

La sexta temporada

De acá en más, la sexta temporada que comenzó esta semana. O sea, spoilers totales.

Por lo visto hasta ahora, en el primer capítulo, “First time again”, la clave parece comenzar a ser una palabra: horda.

Para la RAE, “horda” es: 1) Comunidad de salvajes nómadas. 2) Grupo de gente que obra sin disciplina y con violencia.

Como suele pasar en otros comics y series de zombies (Z Nation, por ejemplo), las hordas comienzan a ser un tema central. Ya no se trata matarlos: son tantos que se convierten en una marea imparable. No sólo hay que luchar para vivir: hay que evitar ser sepultado por la horda zombie y encontrar lugares en los que estar.

El primer capítulo no defrauda. Los guionistas Robert Kirkman y Greg Nicotero fueron a lo seguro y mezclaron dos estéticas ganadoras: flashbacks en blanco y negro, al mejor estilo Tarantino, y una estética comic muy Sin City (las curitas en la cara de Rick, y también la estética b&n, parecen un guiño directo a las películas de Rodríguez, Tarantino y Miller). El resultado: pulgares para arriba y ovación de pie.

La quinta temporada había tenido un buen final. Con Rick y los suyos en Alexandria, un pueblo fortaleza, aislado de todo, que pronto mostró sus miserias. Y ahí, el muchachito también mostró sus mañas y amagó de pasar de policía héroe a un tirano despiadado. Pero no: Rick sigue siendo el Rick bueno.

Un buen arranque de esta temporada muestra a los protagonistas con un plan para alejar al horda de Alexandria, algo que en principio parece funcionar. Pero una sirena se activa en los minutos finales de episodio y hace que, oh, los zombies enfilen bamboleantes pero muy decididos, y hambrientos, hacia el pueblo.

El elenco, de “civil”, en un evento.

¿Revertirán la horda? ¿Alexandria será el refugio tan esperado o tendremos a los protagonistas otra vez on the road buscando su destino? Veremos.

Mientras tanto, volvió Morgan. Michone sigue con su espada y su mirada “what you talkin' bout Willis?”, intactas. Daryl, en la moto. Maggie con Glenn, cada vez más el vice de Rick. Carl, grande y cuidando a su hermanita (se lo vio poco en el primer capítulo, volverá, sin dudas).

Quedan 15 capítulos. TWD puede tener altibajos, pero siempre promete.

¿Qué pasó antes?

Como se dijo, TWD arranca con el apocalipsis zombie ya desatado. ¿Qué pasó antes? Eso intentó explicar Fear the Walking Dead, un spin off de la serie que se estrenó este año como precuela. Tuvo apenas seis capítulos y un desarrollo algo lento (ya está anunciada la segunda temporada). Si tenés muchas ganas... Mirá el trailer: 

Para cerrar, un video que armó ">The Woodcreek Faction con imágenes zombies y música de Friend's. Un mashup de dos series bien en las antípodas.