La semana que viene empezarán las charlas y reuniones entre los funcionarios de la Nación, de la provincia de Buenos Aires y de la Ciudad para avanzar con las habilitaciones que tendrá la nueva fase de la cuarentena como consecuencia de la pandemia del coronavirus (Covid-19) en el AMBA. Tal y como se repite desde marzo, los diferentes equipos técnicos dialogaran para ver qué actividades se pueden permitir y cómo se puede hacer para protocolizarlas. Pero por primera vez en más de 200 días de cuarentena se analiza seriamente habilitar las reuniones sociales dentro de las casas.
El borrador inicial de la propuesta, según pudo reconstruir este medio, avalaría que los encuentros se den en espacios cerrados y con un cantidad máxima de entre diez y ocho personas.El motivo de la iniciativa es que las autoridades consideran que el peor momento de la pandemia en el AMBA ya pasó y que es necesario empezar terminar con el cansancio en la sociedad con la cuarentena en vistas del rebrote que esperan para marzo.
El que tomó la posta de esta iniciativa fue el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, que hace más de un mes dialoga con 35 intendentes del AMBA para pedirles colaboración a la hora de los controles para lograr habilitar las reuniones sociales. “Ellos son los que además del control, se encargan de la comunicación más fina para que no haya problemas”, explicaron desde Calle 6.
La principal duda, además de la cantidad máxima permitida, es si se habilitará en la siguiente extensión o en la próxima. En la Casa Rosada remarcan que, a más tardar, quieren que a mitad de noviembre las personas puedan “legalmente” reunirse en espacios cerrados por fuera de bares, restaurantes y actividades deportivas. ”Sobre todo porque tenemos las fiestas encima”, remarcan fuentes del ministerio de Salud.
La mención a las fiestas (Navidad y Año Nuevo) no es menor; la intención de las autoridades es que se logre “practicar” de cara a esas festividades. Es que hay diferentes protocolos que temen que en las casas se dejen de respetar. De allí la necesidad de probar primero. A ese se le suma la certeza de que muchas de esas reuniones vienen sucediendo por lo que les urge buscar darle protocolo.
“Son las cosas en las que corremos desde atrás”, remarcan desde la Ciudad en donde sostienen que desde hace tiempo están al tanto de que esas reuniones suceden. Cabe recordar que cuando el presidente Alberto Fernández decidió que el AMBA regrese a Fase 1 en agosto el motivo que esgrimió fue que las personas se estaban reuniendo cuando se encontraba prohibido.
Por fuera de la intención hay algunos puntos en los que las autoridades tienen que ponerse de acuerdo. Uno de ellos, y que mayor preocupación genera, es el tema de los aires acondicionados. Por la época del año el calor en los espacios cerrados se presta a que se prendan los sistemas de refrigeración. Su prohibición de uso es casi imposible porque saben, además, que serían muy pocos los que tomen esa recomendación.
Tal y como sucede con los espacios cerrados y los medios de transporte en donde está habilitado prenderlos, la clave está en que los sistemas no funcionen con la función de reciclar el aire y que todos los filtros se encuentren en optimas condiciones. Una de las variantes que se estudian es una campaña masiva para que se chequeen los dispositivos en las casas. Pero por ahora eso está en estudio.
Por fuera de la cuestión de la refrigeración, la circulación de aire será clave, por lo que no es descabellado pensar que las ventanas de los ambientes tendrán que estar abiertas. El contacto físico y la distancia social es otro de las grandes cuestiones a definir.
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“Después no va a haber nada raro. Todos los protocolos son más o menos iguales”, agregó una alta fuente porteña que sostuvo que en breve podría haber una definición.