Cuando en 1994 ell periodista Mark Simpson utilizó el término metrosexual para describir una creciente tendencia de la cultura física, el concepto estético, la moda y cierta vanidad en hombres heterosexuales, antes propia del universo gay, no imaginaba que acuñaba el nombre propio de una tribu masculina que no perdería vigencia. Y hasta puso un ejemplo que terminó siendo icónico: David Beckham, la estrella de la selección inglesa de fútbol.
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Lanzaron al mercado varias lineas de man lingerie,
Hoy la metrosexualidad es un estilo, pero ahora a los perfumes, el cuidado de la piel, cremas, ropa refinada, lujos y toda una batería de elementos para lucir “bien”, se suma un nuevo accesorio: la ropa interior Metro que es, al menos, polémica. Hasta podría decirse que es poco masculina, pero las percepciones cambian.
Modelos para todos los gustos.
¿Qué opinarán las mujeres?
La metrosexualidad explícita parece no tener límites, y el antiguo paradigma de estética masculina-femenina ya no aplica. Y no tiene nada que ver, o al menos no define, según afirman, la sexualidad. Es sólo una cuestión de imagen.