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Divertidas anécdotas, y todo el humor con el sello que sólo ellos supieron ponerle a sus historias. Anoche, antes de Oscar y Candela Ruggeri lleven a cabo su coreografía en el Ritmo libre, un trio muy recordado por todos se hizo presente en la pista para desearles suerte. Se trató, nada más ni nada menos que el grupo de Buenos muchachos.
Ruggeri, casi irreconocible.
Así, Guillermo Coppola, Coco Basile y el Bambino Veira se volvieron a juntar repitiendo la fórmula del éxito que supieron mantener dos años atrás por la pantalla de C5N. De esta manera, Ruggeri saludó a sus tres buenos amigos uno por uno y los definió por su etapa como entrenador, a quienes tuvo como jugador.
Ruggeri saludó uno por uno a los Buenos muchachos.
“Los dos (por Basile y Veira) se paraban delante del grupo, te hablaban y después no podías perder. Tenías ganas de comerte al rival”, manifestó el ex futbolista.
Guillermo Coppola, Coco Basile y el Bambino Veira presenciaron el baile de Ruggeri.
A partir de ahí comenzó un ida y vueltas de anécdotas y frases típicas del ex DT de Racing, como el “toco y me voy”. Luego, el “Coco” Basile aseguró que “le encanta el fútbol argentino” y contó qué equipo le gusta en la actualidad: “El que más me gusta es Defensa y Justicia. Hay muchos que juegan bien igual. Boca, RIver y San Lorenzo juegan muy bien".
Después de bailar, Ruggeri debió enfrentar a su doble. Pero de muy pocas pulgas, la cara del participante del Bailando por un sueño se iba transformando a medida que su “clon” se iba acercando a su mujer hasta el punto de querer darle un beso.
De esta manera, el ex jugador de la Selección Argentina intentó quitarse su disfraz de Gepetto para ser él quien bese a su mujer. Entre insultos y pidiéndole al jurado que “se apuren” en la devolución, Ruggeri terminó pidiendo la hora como en su etapa como jugador.
Ruggeri debió enfrentar a su imitador.
En el baile, los Ruggeri se lucieron en el ritmo libre vestidos de Pinocho y Geppetto. Con 35 puntos, lograron uno de los puntajes más altos y le dijeron prácticamente adiós a la sentencia.