12 Diciembre de 2017 05:45
Lo que empieza mal, termina aún peor. Así le fue a Gladys, la Bomba Tucumana durante su paso por el Bailando. Generó polémica, cosechó enemigos y mostró que saca las uñas en milésimas de segundos para imponerse ante quien sea. La cantante se sumó al show y prometió alegría y diversión pero se fue como llegó, amargada y molesta.
Gladys afectada por quedar en el teléfono.
Anoche fue su última gala. El ritmo clásico no es para hacer improvisaciones y los pocos ensayos de la tucumana no alcanzaron para que seducir al jurado y evitar ir al teléfono, como lo hizo en la gran parte de los ritmos. Por lo que quedó a la espera del milagro junto a Sol Pérez, y Melina Lezcano. Las tres rogaban al público que las voten para llegar a la final pero la Bomba no juntó ni la mitad de los votos de sus contrincantes.
La chica del clima fue la más apoyada por el público. Con el 42,86% se cargó a la cantante de Agapornis, quien logró 39,36% de los votos y última, muy lejos, Gladys sumó 17,78.
En su primer duelo telefónico, la tucumana -como era sabido- no consiguió apoyo por parte de los espectadores. Pero, ¿quién le quita lo bailado? Bueno, no exactamente lo bailado, pero si lo que peleó en la pista y su conquista de horas de micrófono quedará en el recuerdo.
La Bomba repartió "cachetazos" por todos lados.
Y para no ser menos, antes de ser eliminada protagonizó la última de sus peleas. Esta vez, fue el turno de su coreógrafa, Sabrina Sansone y su bailarín, Facundo Arrigoni, que comenzó, por lo menos, hace una semana.
"Sentí que algo se rompió, me sentí muy triste. Imagínense que si no se alegra mi coach...", había dicho la Bomba el viernes pasado, en referencia a que sus compañeros de equipo no sintieron la misma alegró que ella al ser salvada del teléfono en el ritmo anterior, "homenajes".
Claro que con los tiempos acelerados y la tensión de la ambición de llegar a la final todo empeoró. En el programa emitido el lunes pasado, la cantante aseguró que tuvo problemas para prepararse de cara al duelo porque la coach se había ausentado a un ensayo, mientras que ella "nunca" había faltado.
Incluso, dijo que a lo largo del año hasta fue "nadando" a practicar. Sansone la interrumpió y 3,2,1, ¡Booom! Estallido.
La coreógrafo estalló.
Sansone: "Ella dice su verdad y no es la verdad. Yo me ausenté el sábado y me volví de Salta para ensayar el domingo, pero ella decidió no ensayar. Ella ha faltado, pero no es que faltó sino que nos pusimos de acuerdo. Para ella es como que todo tiene razón, pero nosotros también la hemos bancado. También has viajado con tu show durante el año y yo avisé hace mucho en el grupo que faltaba el sábado. Pero te olvidas de las cosas".
Gladys: "Si, tengo Alzheimer, como mi madre. Vos querés tener siempre el micrófono y no lo tenés, entonces te da bronca. No tengo ganas de pelear pero sí tengo que decir lo que he bancado y soportado de este equipo. Porque soy una profesional no me gustaría dejar sin trabajo a mi bailarín y mi coach".
Sansone: "Si me voy hoy, me voy feliz. Nos dijiste 'muertos de hambre' a los dos (por ella y Arrigoni). Nos dijiste que no éramos nadie sin vos".
Gladys: "Yo llegué hasta acá por mi, porque soy una artista. Ni por vos, ni por Facu. Sabrina sos una mentirosa y lo peor que tenés es que no crees en Dios y yo si. Dios ve todo, Sabrina".
El cisne no gustó.
Luego de ese cierre telenovelesco noventoso, la Bomba se convirtió en cisne y bailó nuevamente su coreo. Pero por más que Dios ve todo, no logró llegar al paraíso de la final. Tampoco su partida la acongojó demasiado. La Bomba agradeció haber sido convocada y se despidió con algo de alivio. Y no era para menos. No hubiera podido haber continuado en el certamen con tantos conflictos en su equipo y con la presión de mostrar un ritmo diferente por galas, y quedan solo cinco noches para conocer a la pareja ganadora.
