Seguramente descansando en la cama o tal vez despierto por alguna pesadilla y tus padres te alcanzaban un té. Pero muy poco probable que hayas estado custodiando un bunker. Nadie recordará a Rolando Mansilla por su nombre si no por el “pibe de 12 años que era soldadito” Por: Vir Gordillo - @virgordillo “Los chicos de la generación que creció sin el particular y cuestionable orden que defendía el Frente Vital, les roban a las ancianas y a los niños del lugar. Buscan $10 para una próxima dosis de mentirosa altivez. Se conforman ya no con la reivindicación del propio ser al tomar por asalto el status prohibido de las marcas famosas sino con un paraíso artificial que da una bolsa de Poxirán o intoxicados con las pastillas diseñadas para calmar la angustia del perfecto pequeño burgués diluidas en el peor vino ofertado por el almacenero, al que tarde o temprano asaltarán, simplemente porque los tiempos han cambiado en contra nuestra y ya no hay ley, no hay iguales, no existe el milagro de la salvación”... (Cristian Alarcon, Cuando me muera quiero que me toquen cumbia). Un individuo adopta lo normal por lo que mama de chico. ¿Qué sería lo normal para una criatura de cinco años que ve consumir a su padre cocaína en la punta de la mesa? ¿Qué sería lo normal para el Quemadito que su padre, el Quemado*, le dio el fierro como si fuera un juguete?, ¿Qué futuro se pueden plantear cuando la familia entera se dedica a gambetear las balas y la Ley? Lo normal y cotidiano de cada uno depende de la rutina que adquirimos desde que nacemos y nos vamos educando. Un juguete en el día del niño o Navidad, de marca, original o trucho era fija y cada cumpleaños teníamos una torta. Pero, ¿Qué pasa cuando el juguete al barrio lo lleva el narco? Cuando el único arco es un guardapolvo hecho un bollo y viene alguien que lo hace real. Como Claudio “Pajaro” Cantero* cuando construyó la canchita de futbol del barrio que hoy tiene un muro con su rostro y una frase que reza un párrafo de “Ciudad de Dios”. La fuente del saber, para Platón, estaba en diferenciar lo bueno de lo malo. Al educarnos, somos capaces de asimilar y aprender conocimientos. En el caso de los niños, la educación busca fomentar el proceso de estructuración del pensamiento y de las formas de expresión. Hoy por hoy, podemos hablar de la educación permanente o continua que establece que el proceso educativo se adquiere a lo largo de toda nuestra vida. Según Platón, “cualquier hombre es capaz de tener hijos, pero no cualquiera es capaz de educarlos”. Suele llamarse educación al proceso de asimilación y transmisión de las costumbres, normas e ideas mediante el cual cada sociedad incorpora a todos aquellos que se integran en ella. Sin embargo para Platón, la educación es el proceso que permite que el hombre tome conciencia de la existencia de otra realidad, y más plena, a la que está llamado, de la que procede y hacia la que dirige. Por tanto “la educación es la desalineación, la ciencia es liberación y la filosofía es alumbramiento”. Y siguiendo está línea sobre la educación, preguntó: ¿Qué estabas haciendo un jueves a la noche cuando tenías 12 años? Seguramente, dormías tapado con una manta bajo un techo digno, porque al otro día tus padres te levantarían temprano para llevarte al colegio, si hablamos de Rolando Schiavi estaría soñando con meter un gol de media cancha con la camiseta de Boca o Rolando Grañas se habrá ido a descansar pensando en quién sería el primer personaje que entrevistaría. Pero, esto es lo opuesto a la realidad de Rolando Mansilla, el 12 de junio todos sus afanes se esfumaron junto a su vida en el techo de un bunker, ubicado en Magallanes 354 bis. Su última compañía fue un colchón y un bracero y seguramente lo último que tocó fue una ametralladora, un 9 mm o el arma que su jefe le dio para custodiar una casa que funcionaba como comercializadora de drogas ilegales. Él cuidaba ese lugar desde un techo, con frio o con calor, tal vez pensando que esa era su única salida o la manera más fácil de llegar a ser alguien o tener algo propio. Pues a él no le dieron la posibilidad de elegir, no le mostraron la escuela, no le dijeron que hay un mundo más sacrificado pero que tiene otras virtudes como la amistad, la familia, los valores, la dignidad y la primera borrachera con los “culos de botella” de una fiesta familiar. La sociedad está en crisis, y las raíces de la educación y la formación de los más chicos crecen sin fuerzas. A los 12 años, seguramente cuidabas tu pelota y que a la hora de la siesta no se vaya a la casa de la vecina. Pero él no, él custodiaba un bunker y la dureza que implica gambetear las balas y la Ley. A él le robaron la posibilidad de cambiar, de elegir. Él mañana ya no tendrá ese beso, que muchos tuvimos, de las buenas noches. La educación para la realidad que Freud comenta en "El porvenir de una ilusión", consiste en que el niño no solo se enfrente y apropie de su realidad exterior sino fundamentalmente de sus laberintos desconocidos. “Soy parte de un negocio que nadie puso y que todos usan, es la ruleta rusa y yo soy la bala que te tocó. Cargo con un linaje acumulativo de mishiadura, y un alma que supura veneno de otra generación” Agarrate Catalina, “La Violencia” *Quemado Rodríguez: Ex barra brava de Newell´s Old Boys, condenado a 32 años de prisión por homicidio en el Triple Crimen en Villa Moreno. Padre del Quemadito Rodríguez asesinado el 5 de febrero de 2013 en Corrientes y Pellegrini. *Claudio “Pajaro” Cantero: Asesinado en mayo de 2013, acusado de liderar la banda de “Los Monos” vinculada al narcotráfico del a ciudad.
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