Antes que nada, aclaro que no soy ni paranoico ni amante de las teorías conspirativas, pero ésto que pasó me generó un gran sentimiento de vulnerabilidad y desamparo por las pocas medidas y protocolos de seguridad que se llevan a cabo en este tipo de situaciones.
Es domingo al mediodía y estaciono en el lugar que me indican, dentro de Tecnópolis. Al lado de mi auto, hace lo mismo un tipo de unos 2 metros, gran contextura física y vestimenta de tipo “rejunte militar”.
Saca del baúl de su auto un gran bolso y algo que no puedo asegurar que lo era, pero parecía un fusil o escopeta envuelto en una tela.
No pude resistir seguirlo y espiarlo mientras esperaba que se desencadene la tragedia. Algo estaba por pasa y yo era el único que se percataba de la situación. Ante mi informe en la garita de seguridad, nada se hizo y me “rajaron” como a un loco.
Cuando lo vi avanzar y sacar su teléfono celular, no tuve dudas. Alguien tenía que capturar y observar como testigo lo que estaba por pasar.
Realmente creí que este tipo nos iba a matar a todos, disparando como sucede a menudo en Estados Unidos. Lo seguí con mi celular y lo grabé. También acudí a una garita de seguridad, donde se me rieron.
Este documento evidencia que si el tipo quería, podía hacer un desastre y que no estamos preparados para un atentado de un loco solitario, aunque tenga toda la “pinta” y llame la atención, como es el caso de este falso terrorista.
La foto y los 2 videos que comparto, ilustran lo que sentí en ese momento. ¿Creen que exageré o acuerdan conmigo?