"Gente, mi novia volvió de Bariloche con moretones en el cuello. Alguien sabe qué puede tomar para que se vaya el dolor", esa fue la pregunta que Michael subió a las redes para ayudar a su pareja. Pero, lamentablemente para él, su novio no tenía moretones... ¡Eran chupones!
El hecho se produjo en enero de 2016, pero recién se viralizó ahora. La novia de Michael le dijo al pobre muchacho que los moretones en su cuello eran producto de las balas que recibió por haber jugado al paintball. El adolescente, pecó de inocente, e intentó ayudar a su novia compartiendo una foto de su cuello.
Lo que jamás pensó es que las manchas en cuello se las había hecho un amante, y no una pistola de balas de pintura. Lejos de enojarse, el joven intentó tomarse la situación con humor, y prefiere reirse de su "desgracia".
Como dice el refrán: "de la muerte y de los cuernos, nadie se salva".