La carta más fuerte para ganar en el truco es el as de espadas. Si en una mano decisiva nos toca dicha carta quiere decir que la suerte nos hace un guiño. Pero si no somos hábiles y usamos una errada estrategia de nada nos servirá el as y probablemente hasta terminemos perdiendo, o facilitando el éxito del rival. En esa disyuntiva se encuentra San Lorenzo hoy. Diego Aguirre, el flamante DT azulgrana, es quien debe poner en marcha la estrategia porque tiene un ancho de espadas a su disposición: Nicolás Blandi.
El delantero llego al ciclón en 2014 de la mano del “patón” Bauza. En Boca no pudo superar la sombra de Palermo lo que le impidió ganarse el puesto y a pesar de sus buenas actuaciones Carlos Bianchi decidió relegarlo. Su llegada a San Lorenzo parecía abrirle la puerta a la titularidad tan ansiada, pero el estilo de juego de Bauza y la aparición de Mauro Matos nuevamente lo relego. Aun así nunca perdió el foco de su objetivo: Ganarse un lugar en el equipo.
Quizás una de las virtudes de nuestro as de espadas sea no bajar los brazos y saber esperar la oportunidad de demostrar. Mientras muchos jugadores construyen su carrara desde lo mediático Blandi es de perfil bajo, humilde y se destaca por su responsabilidad y compromiso con el equipo. Desde sus comienzos en inferiores supo adaptarse a las exigencias de los entrenadores, llego a jugar de enganche, volante por derecha y fue marcador central hasta llegar a 9 puesto al que considera su lugar.
En su paso por Boca aprovecho cada oportunidad para tratar de ganarse un puesto y aunque muchas veces la suerte no lo acompaño, como cuando la pelota pego en el palo contra Nwells por el pase a la sami de la libertadores, el 9 nunca se rindió. Cuando en San Lorenzo no encontró un lugar acepto irse a préstamo a un equipo poco trascendente de Francia para ganar ritmo. Siempre trato de superarse y pelear su lugar en silencio, consciente de que en los equipos grandes hay que crecer siempre para llegar al mejor nivel.
Otro 9, que lo dirigió, Carlos Bianchi sostiene que para triunfar la inteligencia le tiene que ganar a la ansiedad, Blandi ha hecho un culto de la paciencia. Una gran virtud que le permitió persistir en sus objetivos. Muchas veces le toco ver los triunfos desde afuera pero aun así supo esperar su momento para que cuando llegara pudiera aprovecharlo.
Con la llegada de Pablo Guede en diciembre 2015 ese momento llego: el entrenador le dio la titularidad y Nicolás Blandi término convirtiéndose en fundamental para el equipo. Todo el crecimiento que desarrollo durante la espera de su momento lo desplego con goles y un gran nivel en la pretemporada confirmando la confianza del entrenador.
Con quince goles y actuaciones fundamentales se convirtió en el goleador de San Lorenzo, en ese jugador clave que te da la confianza de saber que en un segundo te puede ganar un partido o dar vuelta el resultado.
Nico Blandi es el as de espadas de San Lorenzo, dependerá de Diego Aguirre y su táctica el aprovechamiento de un jugador que dispone de dos virtudes que suelen ir por caminos disimiles en muchos futbolistas: talento y perseverancia. Si blandi juga en su puesto, recibe la pelota hace su juego y termina la jugada, San Lorenzo tendrá altas chaces de ser competitivo. Si el entrenador decide retrasarlo y hacerlo buscar la pelota es probable que el ciclón se diluya en intentos. Como en el truco, dependerá de la sapiencia de Aguirre aprovechar el guiño de la providencia y hacer pesar su as de espadas.