05 Marzo de 2016 10:06
En la Argentina se consumen habitualmente entre 10 y 12 gramos de sal. Se dice que conocer contra qué "se pelea" es un primer paso para ganar toda batalla. Y si de reducir el consumo de sal se trata, se sabe que la Organización Mundial de la Salud (O.M.S) recomienda que la ingesta diaria de sodio no supere los cinco gramos.
En la Argentina se consumen habitualmente entre 10 y 12 gramos de sal. Y alrededor del 70% del sodio que consumen los argentinos proviene de los alimentos procesados o industrializados.
Ahora, si además del (mal) hábito de agregar sal a la comida que llega a la mesa, no se tiene en cuenta que muchos alimentos ya traen "de fábrica" una cantidad de sodio en su composición, poco podrá lograrse la meta de llegar a la ingesta ideal propuesta por los especialistas.
De ahí que para prevenir las consecuencias que supone para el organismo el exceso de sal resulta clave prestar atención a los niveles de sodio oculto en los alimentos y controlar la ingesta diaria de procesados o industrializados. En la Semana Mundial de Concientización sobre el Consumo de Sal, especialistas de la Sociedad Argentina de Cardiología aseguraron que el país, la reducción de tres gramos en el consumo diario de sal por habitante, podría evitar unas 6 mil muertes al año por causas prevenibles.
El exceso de consumo de sodio puede traer consecuencias negativas en el organismo tanto en personas con presión arterial normal como en aquellas que sufren de hipertensión arterial. En primer lugar, se asocia fuertemente con un aumento de la presión arterial y del riesgo de enfermedad cardiovascular (ACV, falla cardíaca, enfermedad renal crónica). También, puede asociarse en forma indirecta con la obesidad, cáncer de estómago, osteoporosis, litiasis renal y empeoramiento de la evolución del asma.
Existe una relación directa entre la cantidad de sal de la dieta, los valores de presión arterial y las alteraciones de la estructura y función del corazón y las arterias. Es por ello, que se debe estar atentos a la cantidad de sodio que indican las etiquetas de los alimentos y bebidas, ya que estos valores sumados a la sal que se agrega al ser consumidos, pueden superar los niveles saludables de ingesta diaria recomendados por la O.M.S. La Organización Mundial de la Salud recomienda que la ingesta diaria de sodio no supere los 5 gramos.