¡Guau!. Dijimos los presentes cuando escuchamos esa frase. No era ni "como por comer", ni "como por hambre". Tampoco "leo para leer", ni "leo para aprender" o "leo para divertirme". Muchos menos era "tomo para relajar"... Su frase terminante, definida y clara, fue "corro para correr".
Cuando la escuchamos nos quedamos duros. Duros porque como buenos sedentarios que somos, no entendimos que corno quiso decir y justamente por eso empezamos a elucubrar posibles interpretaciones.
Y así corriendo los minutos, segundos y horas se nos fueron ocurriendo posibles motivos. En tres minutos teníamos un trabalenguas, decenas de interpretaciones con dobles RR que nadie podía destrabar. Todos corríamos por dar en la tecla. Aquí van algunas posibilidades:
A- Nuestro amigo, redescubrió la película y se transformó en Forrest Gump y sólo tiene la obsesión de correr por el mundo.
B- Nuestro amigo de un día para otro se quiso convertir en maratonista, iniciar su vida deportiva profesionalmente y abandonar sus 24 trabajos para llegar a Rio 2016.
C- Nuestro amigo corre para ir al trabajo y vuelve corriendo a su casa para seguir corriendo, a llevar a los chicos a tenis, al gimnasio, a algún cumpleaños o a fútbol.
Le gusta hacer todo corriendo, con sus piernas en movimiento todo tiene más encanto: si está en la oficina mueve los pies bajo la mesa de directorio y va al estacionamiento por las escaleras. En su trabajo de los sábados, mueve las piernas para cerrar los lavarropas y secarropas; cuando está nadando -otro de sus deportes- mueve sus pies como loco en cada brazada. Hasta cuando se va de pesca pone los pies fuera de la lancha para atraer a los peces con el movimiento...
Amigo, de onda te lo decimos.. ¿no podés dejar de hacer algo -léase correr menos- para ir a correr - léase practicar running - más tranquilo?
Obviamente nunca nos contestó... como ya estaba corriendo, nunca escuchó nuestra pregunta...él ya estaba cientos de metros más adelante que nosotros.