05 Mayo de 2016 14:12
De repente veo que una adolescente le susurraba a una señora en el oído... Como en secreto:
- Por favor Cris, decile a Margarita que no invente más.
¿O no inventa?
- Decile que todo está armado en contra tuya, pero decí con nombre y apellido quien lo armó. ¿O no está armado?
- Decile a Margarita - que seguro te envidió toda la vida - que investigue lo que quiera total no va a encontrar nada. ¿O sí va a encontrar?
- ¡Porfi, porfi! Decile a Margarita - a quien el rubio ceniza le queda bien- que vos, con tu rojo oscuro tenés otra onda, otro look, pero la misma honestidad. ¿O no es la misma honestidad?
- Hablále a Margarita ¡porfi!, si entre mujeres nos entendemos. Decile que estás a su disposición para responderle todas sus preguntas ¿O tendrías problemas en hablar con ella?
Después de la última pregunta, me desperté y supe que todo había sido un sueño. Un sueño que expresaba deseos o simplemente reflejaba pesadillas. Lo que nunca entendí bien fué, de quienes eran esos deseos o de quienes eran esas pesadillas.