30 Septiembre de 2015 14:42
Si bien en muchos países están instalados como algo natural y, hasta incluso en algunos son obligatorios, y luego de muchos dimes y diretes el próximo domingo 4 de octubre se llevará a cabo el primer debate presidencial de la historia argentina.
Y aunque aún estén pendientes de definición cuáles serán los canales de TV que trasmitirán el evento en vivo será objeto de múltiples repeticiones y análisis, por lo que la imagen y la comunicación no verbal serán de gran importancia. Los asesores deberán sugerir a sus candidatos no sólo cómo tratar los temas a debatir sino también cuestiones atinentes a la vestimenta, la postura y el lenguaje gestual.
Las investigaciones demuestran la transcendencia del tema, ya que indican que cuando interactuamos con los demás sólo el 7% de esa comunicación es verbal, mientras que el 93% restante de lo que queremos manifestar está representado por la postura, el movimiento del cuerpo, los gestos, las sonrisas, los silencios, el tono de voz.
El lenguaje no verbal será analizado y discutido luego del debate y hay errores o faltas de recaudos que podrían costar caro. Tomando como ejemplo los debates para la presidencia de Estados Unidos, en el año 1992 no pasó desapercibido que George Bush miraba la hora en repetidas ocasiones y, en el año 2000, los suspiros de Al Gore denotaron su impaciencia.
Algunos tips.
A continuación se describen algunos ejemplos para observar el debate con ojo crítico y analizar si los participantes se muestran convincentes y seguros:
A la hora de percibir lo que la otra persona quiere decir hay señales que son inequívocas e incontrolables, tales como sudar o ruborizarse. Otras, no tan evidentes, pero también difíciles de dominar son los movimientos de los brazos y las piernas o los cambios frecuentes de postura, que denotan nerviosismo.
Para expresar confianza una buena opción es establecer contacto visual, mirar a los ojos a los demás, sostener la mirada. También acompañar lo que se dice mostrando las palmas de las manos denota sinceridad. Por el contrario, morderse los labios significa inseguridad y mirar la hora representa impaciencia.
No se debe gesticular exageradamente para trasmitir tranquilidad.
Cuando una persona miente hay gestos que lo delatan, por ejemplo, llevarse la mano a la nariz u a otro lado de la cara. También le resulta difícil mantener el contacto visual y, si sabemos observar, generalmente cuando empieza a hablar del tema que le resulta controvertido baja la mirada.
Siempre, el lenguaje verbal y no verbal deben ser coherentes. Hay que mantener una congruencia entre lo que se dice y lo que se hace.
Conclusiones.
Los líderes mundiales son entrenados para seducir al público a través de la imagen. Desarrollan la capacidad de controlar los tonos de voz y los silencios. Seguramente, esta primera experiencia a nivel nacional será una excelente ocasión para que los políticos argentinos desarrollen y defiendan sus proyectos con todas las herramientas que estén a su alcance, ya que pretenderán impresionar a la audiencia.
Si bien entre los politólogos y estudiosos del tema no hay consenso sobre la magnitud en que los debates pueden cambiar o reforzar las preferencias de los votantes, seguramente la exposición y discusión de las ideas resultará provechosa para conocer las posiciones de los candidatos.
Seguridad vs Inseguridad. Nerviosismo vs Empatía. Desgano vs Interés. Preocupación vs Simpatía. Dudas vs Locuacidad. Lo importante será saber utilizar los recursos para estar del lado apropiado en las noticias del lunes.