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Drogas: el problema real

25 Abril de 2016 09:02
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En mi primer artículo apunté de manera áspera hacia aquellos que consumían pastillas y provocó un poco de malestar.  Bueno, el primer efecto está causado, ahora es tiempo de que hablemos del tema y a fondo.

Para hablar de la responsabilidad es importante no caer en la parcialidad de buscar un chivo expiatorio, dado que como sociedad todos tenemos una parte de responsabilidad.

La importancia que le dimos al tema como sociedad ha producido lo que tenemos hoy.  Uno de los errores ha sido pensar que la droga es un problema de determinado sector de la sociedad, la droga no respeta estratos sociales, los que hacemos la diferencia somos nosotros.

El lugar de consumo hace algunos años era de 5.6% en boliches o fiestas.  Lo cual hicimos como que no representaba un problema y hoy vemos que no sí lo es.  El consumo en las casas constituía el 34,6% de los lugares elegidos.

 Generalmente la policía estimaba que quienes consumían en el domicilio eran jóvenes de clase media o alta y que como lo hacían en su casa y no molestaban a nadie, esto no representaba un problema.

Si pensáramos que los organizadores de fiestas electrónicas o recitales no tienen responsabilidad, debemos saber que en una fiesta la mayor ganancia se da en la venta de bebidas y no en las entradas.  Entonces si se vendió agua solamente, el negoció fue un fracaso.

Como es sabido, las fuerzas de seguridad del estado también tienen parte de responsabilidad.  Tanto prefectura como policía muchas veces decomisan pequeñas cantidades de drogas y se las quedan para luego venderlas por ahí.  Como en todas las fuerzas, hay buenos y hay malos.  No se puede culpar a toda la fuerza pública pero cada uno debería ocupar el rol que le corresponde y denunciar cuando hay corrupción.

La responsabilidad de un gobierno que durante 12 años no hizo nada para combatir el narcotráfico, sumado al hecho que hay varios funcionarios con denuncias bastante firmes y pruebas de su participación en este negocio y la inacción en materia de prevención y lucha contra las adicciones es un combo bastante nocivo.  El estado no ha creado centros de tratamiento para jóvenes con problemas de adicciones, los pocos que hay son ONG que trabajan sin ningún tipo de ayuda.

Otro de los temas que se está discutiendo es que las drogas no están tipificadas, son ilegales, por ese motivo no se sabe que contienen.  Muchos afirman que si se legaliza, esto se va a solucionar.   Genial, esa pareciera ser la opción indicada, solo que nos olvidamos de la farmacología (ciencia que estudia los fármacos y su relación con el organismo).  Porque para estar seguros de que esas drogas no son mortales cada consumidor tendrá que ir al médico para hacerse análisis y que este se las recete dado que no todos los organismos reaccionan de la misma forma ante un fármaco específico.

Tenemos una sociedad de padres ausentes con gran parte de la responsabilidad, ejemplos en la tele de muy poca moral y jóvenes que no tiene rumbo.  A todo esto seguimos preguntándonos quien tiene la culpa.

La pregunta lógica que deberíamos hacernos todos es ¿Por qué? ¿Por qué consumen drogas los jóvenes y adolescentes?

El pastor Ale Gomez, fundador de Jesus Warrior, publica en su libro (Las 10 plagas de la cibergeneracion) la el siguiente cuadro estadístico:

El 37,8% de los adictos han comenzado a consumir drogas sin tener un motivo claro, el 24,4% por tener conflictos familiares, el 14,7% por el deseo de virvir nuevas experiencias, el 8.9% para desinhibirse o estimularse, el 8% porque se sentían solos y el 6,2% por la presión de su grupo de amigos

Hay tres respuestas frecuentes que quisiera destacar:

1 Para pasarla bien

Hay un alto porcentaje de consumidores que la única explicación que le encuentran es que les produce lago lindo, subir, bajar, volar etc.  Veamos un ejemplo:

Supongamos que temos una camioneta con motor diésel, y decidimos cargar el tanque con nafta en lugar de gasoil.  ¿Sabes lo que pasa? Comienza a largar un humo blanco.  Te puede gustar mucho el efecto que produce ese humo blanco y podés pensar que estas en el boliche pero al cabo de unos minutos si no apagas el motor lo terminas fundiendo.  El motor diésel no está diseñado para funcionar con nafta.

De la misma manera el cuerpo humano no está diseñado para las drogas, puede ser muy lindo el efecto que producen pero en poco tiempo te terminarán matando.

2 Porque todos lo hacen

Existe una falta de identidad en la generación de hoy que lo lleva a copiar conductas colectivas, el aislamiento que produce la tecnología ha llevado a la pérdida de creatividad a la hora de estar en lugares concurridos y les genera muchas veces aburrimiento.  Hay una notable pérdida de la dialéctica en las relaciones interpersonales, así es que se ve habitualmente a los adolescentes reunidos en grupo pero cada uno mirando su celular, buscando ahí su diversión.  La generación de hoy busca pertenecer a un grupo sin preguntarse demasiado las normas dado que lo hace solo para canalizar las carencias que le produce el aislamiento tecnológico.

3 Porque tengo problemas

Debido a la falta de relaciones significativas y de confianza para canalizar su problemas, los jóvenes muchas veces eligen el camino de las drogas para mostrar sus problemas, digo mostrar porque en realidad muchas veces lo que se busca el llamar la atención o el interés de alguien más.  La droga no soluciona los problemas, tampoco los ahoga, pero si puede llamar la atención de familiares o amigos para que le pregunten ¿Qué te pasa?

Por último creo que deberíamos preguntarnos todos ¿Qué estamos haciendo para que esto no siga haciendo daño?  Porque el problema de las drogas no es algo que pueda solucionar el gobierno, o el ministerio de seguridad.   Es un problema de todos y todos deberíamos hacer nuestra parte.  Los jóvenes no consumiendo, los padres dialogando y ayudado y el gobierno combatiendo el narcotráfico como también proveyendo de herramientas y asistencia para los padres que están luchando con este flagelo en su familia.

Al problema de las drogas lo combatimos todos juntos sino es inútil cualquier esfuerzo.  Como sociedad tenemos mucho camino por recorrer, y hablar del tema es el primer paso.