La peor decepción de un guerrero es cuando su enemigo mismo lo ignora. La guerra es un juego de poder donde el enemigo tuyo te define como persona, más bien combatiente. Es una apuesta peligrosa no obstante provechosa para el victorioso. Cuanto más grande sea el rival, más grande es el riesgo, y a la vez más grande será ese sabor a triunfo. David no hubiera sido nadie sin Goliat. Por tanto, tu enemigo te define.
Esta parece ser la gran temática actual a meses de las elecciones. Se quiere esclarecer y definir quien es tu amigo y más importante aún quien es tu enemigo. Hoy, el candidato a presidente Daniel Scioli definió su posicionamiento dentro del espectro electoral. Se puso a la par con Mauricio Macri, desprestigiando a su contrincante en las PASO, Florencio Randazzo. En el último capítulo recordamos que Flo había dicho que “El proyecto (de Scioli) se queda manco” haciendo alusión a la discapacidad de su compañero de partido (hasta el momento). Un golpe bajo. Un golpe que Dani responde con un simple ninguneo. Eligió a su enemigo, ese es Macri y es lo peor que le pudiera haber hecho a Randazzo.
Ahora no estoy diciendo que Macri es Goliat, ni que Scioli es David. Pero ya calientan el ring y elevan las expectativas de lo que será la pelea del año. De ahí, se focaliza la atención sobre estos dos jugadores, el tiempo de cancha que tendrán se irá aumentando porque sabremos que estará entre estos dos la pelea por el título de Presidente.
No hay más amigos, no existe eso en el poder. Poco a poco desaparecerán los más débiles, se irán polarizando hacia un lado o el otro. El caso de Randazzo, el caso de Massa y de tantos otros. Los grandes no se preocuparán en pelearse con ellos y por consiguiente perderán ese preciado tiempo de aire. “Dicen que triste cosa es no tener amigos, pero más triste es no tener enemigos. Porque quien enemigos no tenga, es señal de que no tiene: Ni talento que haga sombra, ni bienes que se le codicien, ni carácter que impresione, ni valor temido, ni honra de la que se murmure, ni ninguna cosa buena que se le envidie.”
Sin embargo en el paso del tiempo se darán cuenta que la verdadera lucha electoral será con ellos mismos dado que “Al final del camino sólo recuerdas una batalla, la que libraste contigo mismo, el verdadero enemigo; la que te hizo único.”