26 Diciembre de 2016 21:15
George Michael no fue justo con nosotros, los de este lado del mostrador. Fue muy tacaño compartiendo su talento.
Cuando termine este 2016 maldito para la música, su foto quedará en el último (bueno, falta una semana, ¿será el último?) lugar del recorrido de grandes que se fueron y los sesudos breaking-news darán cuenta de su obituario poniendo su imagen en pantaloncito corto flúo y cantando la pegajosa “Wake me up before yo go-go”.
Injusto por donde se lo mire para un tipo con chapa para sentarse en la mesa VIP que le armaron arriba a David Bowie y Prince pero al cual sus demonios internos condenaron a un derrotero los últimos 20 años más cercano a las páginas de policiales que a las musicales.
Lo primero que debe decirse de George Michael es que era un extraordinario cantante, el mejor de su generación, esa que se benefició de MTV, los videoclips y centimetrajes que se medían en kilómetros y para los que una sola foto en la tapa de una revista equivalía a horas de Youtube diarios en estos días.
A diferencia de Prince y Bowie que tuvieron desde un principio claro el norte y un control completo de su carrera, Michael no solo dudaba de su capacidad como compositor, sino también su sentido de la amistad lo hizo ser fiel a su amigo de la infancia Andrew Ridgeley en el camino inicial de su recorrido donde debieron encerrarse en un contrato desventajoso con Innervisions, su primer disquera, que luego devendría en uno aún peor con CBS (hoy Sony) que ocasionaría al bueno de George su primer beso en la lona del negocio de la música.
Un chico normal de suburbio, de cara regordeta y anteojos, con mucha vergüenza de encarar compañeritas, que ganaba 70 libras por semana, las cuales usaba para grabar demos, terminaría convirtiéndose por obra y gracia del pop en una superestrella con WHAM y luego en sex symbol con su primer disco solista.
Esos 4 años con Wham le servirían de escuela vertiginosa en el aprendizaje y de peaje cobrado por la industria: un contrato esclavizante, un primer sencillo desapercibido y una mano grande de los productores de Top of the Pops que programaron al grupo en su show aun cuando su segundo single “Young guns” no estaba entre los 40 primeros y se encaminaba al fracaso total.
Y a partir de ahí, el BigBang Wham!: cuatro canciones en el Top 10 y un disco que George había escondido en su casa a la espera de presionar a su disquera que mejorara su contrato.
Aquel primer disco concebido para ser pasado en las radios, una fuerte imagen sexual en videos como “Club Tropicana” y las caras de George y Andrew en todas las revistas y tabloides ingleses, entre otras cosas por ponerse pelotas de bádminton en los pantalones durante los shows.
Para afuera, el dúo sensación del pop británico. Puertas adentros, los primeros pleitos judiciales, con Innervison e in-directamente con CBS, que acabaría terciando a favor del grupo pero a la postre convirtiéndose en dueño de la marca “George Michael”.
MAKE IT BIG fue el bombardeo masivo, pero la cabeza de George ya empezaba a irse para otro lado. Apoyado por Dick Leahy su editor, Michael tomó las riendas de Wham y empezó a forjar su propia imagen como compositor y productor. Nada se resolvía sin la aprobación de GM: él elegía los programas de TV donde presentarse, los fotógrafos, los videos y se hacia cargo de la producción general del disco.
Por eso, hasta descartó la primera grabación de “Careless whispers”, hecha en Alabama, con el mítico Jerry Wexler (Aretha, Charles, Dylan) y la rehízo con su gente, en Francia, guardándose su obra más preciada y personal (uno de los mid-tempo más hermosos que haya dado el pop) como primer canción solista (aunque editada en Make it Big y firmada amistosamente por los dos).
Ese segundo disco balanceaba bien el universo de GM: canciones pegajosas -Wake me up before you go-go, Freedom, y el cover de los Isley Brothers If you were there - en la tradición Motown (a la que rendiría tributo en su primer gira solista) y baladas en la vena de su admirado Elton John como Like a baby.
Y claro, los números fuertes: la citada Careless whispers y el apabullante groove de Everything she wants, donde GM saca a relucir sus dotes vocales y compositivas.
Afuera, el caos: su amigo Ridgeley se le iba a de las manos, viviendo la vida de rockstar y los pasquines se llenaban de mujeres contando las peripecias sexuales del dúo.
Por si fuera poco, a su manager Simon Napier Bell se le ocurrió que tenia que ponerlos en la infranqueable cortina de hierro de la China comunista y convertirlos en el primer grupo pop en tocar allí.
Una movida maquiavélica que incluía la entrega de dos cassetes a cada poseedor de las entradas para que se aprendieran las canciones de un grupo que nunca habían escuchado o visto y un gasto millonario en traslado de periodistas, fotógrafos y equipo de filmación para acreditar tamaña gesta.
En el medio, George se trenzaba mano a mano con sus ídolos: primero invitado al Apollo Theatre de Nueva York para una genial versión de Careless Whispers con Smokey Robinson y una no tan feliz con Stevie Wonder de Part time lover.
Luego, en Live Aid, para la primera rendición de Dont Let the sun go down on me con Elton John (luego mejorada para el single en vivo de 1992).
Ya era tiempo de partir, pero no sin antes una muestra de su determinación a ser un artista de nivel: acota una gira por USA a solo 10 ciudades en dos semanas y deja plantado a Pepsi con un comercial que le reportaría 3 millones de dólares.
Filmarlo con Ridgeley hubiera sido estirar la vida útil de Wham y GM ya estaba componiendo para su primer disco solista.
Pero no dejó a su amigo de un día para el otro: acordaron sacar un album más y un show despedida en Wembley (cuando podrían haber tocado una semana llenando sin despeinarse).
Antes de largarse solo, puso un pié en la América negra de la mano de Aretha Franklin con aquel dueto “I knew you were wainting”, una forma de tomar carrera para el salto final.
Y ahí el bombazo: FAITH era lo que George Michael quería ser, un todoterreno que componía, arreglaba, producía e interpretaba sus canciones , además de tocar la mayoría de los instrumentos.
El Lado A seria un grandes éxitos para la carrera de muchos: jugando fuerte y al fleje lanza la lasciva I Want Your Sex como adelanto, que en plena explosión del SIDA encuentra la censura (hasta Casey Kasem evitaba mencionar el titulo en el American Top 40). Luego, la exuberante Father Figure, el grito desgarrador de One More Try y casi un rockabilly como Faith, con esa campera que luego sería objeto de exorcismo en el video de Freedom`90.
Del otro lado, la verdad: Hand to Mouth, el protofunk de Monkey y un hermosísimo cierre con Kissing a Fool que preanunciaba lo que vendría.
George Michael estaba en la cúspide, peleando ya no con sus contemporáneos británicos Duran Duran, Frankie Goes To Hollywood y Culture Club (todos vencidos y en retirada) sino que ahora se subía al ring de la pelea por la corona pop ostentada por Michael Jackson (Bad sale al mismo tiempo que Faith) y que tenia a Prince, Madonna y Whitney Houston como retadores.
La gira se corta abruptamente cuando su garganta le da su primera mala noticia: un quiste o tumor es detectado a tiempo y operado de urgencia logra recuperarse, pero dejando un antecedente de lo que ocurriría 20 años después.
Para 1989, Georgios Panayiotou quería dejar de ser George Michael por un tiempo y encuentra en el estudio de grabación su mejor aliado otra vez.
Sale con 20 canciones y se las entrega a Columbia con la orden de que las editaran en dos discos.
Al sello no le gustaba la idea, máxime cuando el primero de los discos rebosaba de brillantes melodías, lleno de guitarras acústicas y la voz de Michael llegando a su esplendor con solo 27 años.
Pero habiendo pasado 3 años, no les queda más remedio que lanzarlo a la espera que en la segunda entrega se deplegara el potencial comercial de su protegido.
LISTEN WITHOUT PREJUDICE Volume I es un disco de alto nivel para un artista mas interesado en su obra que en la venta de sus posters.
Una prueba de ello, es que se rehúsa a participar en los videos de promoción. Como consecuencia, el primer single, la bella Praying for Time es lanzado con un video donde solo se ve la letra de la canción (“La caridad es un saco que vestís dos veces al año” cantaba en forma de vuelo de cóndor por las montañas), lo cual no hace más que profundizar su tirantez con la discográfica.
Tampoco lo hizo con el segundo corte Freedom, donde debieron contratar una selección de supermodelos para suplirlo y donde Georgios no anduvo con eufemismos.
Creo que hay algo que deberían saber
Creo que es hora de que se acabe el show
Hay algo profundo dentro de mí
Hay alguien que he olvidado ser
Quita mi foto del portarretratos
No pienses que voy a volver
Sólo espero que entiendan
Que a veces la apariencia no hace a la persona
Casi no hay puntos flojos en LWP: Something to save y Waiting for that day (con coda y cita a los Stones) son atemporales y clásicas pero en Cowboys and Angels llegan al clímax: una construcción melódica hermosa guiada por el saxo y George casi susurrando una historia de amor no correspondido, casi una constante entre sus mejores canciones.
Un amor que para su círculo más cercano (Andrew Ridgeley, sus hermanas, su amigo David Austin y su primo Andros) desde la llegada a la adultez era íntimamente gay pero él preferia revelarlo bisexual.
No fue hasta 1991 cuando conoció al brasileño Anselmo Feleppa quien fue su primer gran amor y cuya historia terminaría trágicamente por la muerte de Feleppa dos años después (la dedicatoria interna de OLDER echaría luz sobre esa relación).
Nada peor para la vida de George. Columbia le da la espalda al disco, no dándole la forma de promoción que Yog quería, negándose a lanzar el Volumen II y empieza la segunda batalla, la mas larga, la más dolorosa y la que más daño le hizo.
En el medio, otra pérdida: Freddie Mercury.
George aparece en el show tributo, dando cátedra de interpretación junto a Lisa Stansfield primero y luego para una apoteótica versión de Somebody to Love, que daría lugar a conjeturas acerca de una continuidad de Queen con George en reemplazo de Mercury.
La batalla legal supuso otra derrota para GM.
Liberado llegarian en su rescate Virgin en el Reino Unido y la recién creada Dreamworks en los Estados, para pagarle la salida.
Nuevamente se encerró en el estudio y en 1996 parió su obra más contundente, densa, oscura y melancólica: OLDER.
Desde la catarsis del amor perdido en You Have Been Loved y Jesus to a Child , dedicados a Feleppa (Cada simple recuerdo, se ha convertido en parte mía, siempre serás mi amor ) pero buscando un poco de Fastlove (Mis amigos traen a sus mujeres, todos tienen hijos pero yo quiero un poco de diversión) casi un anticipo de sus problemas de baños públicos.
El disco bucea en una instrumentación diferente, jazzera en Older (trompeta con sordina, piano y un George sublime), la exquisita To Be Forgiven, Star People pegando allí donde Freedom lo había hecho antes (Nada viene gratis nene, esa fama y fortuna que el cielo te envió. A quien le importa tus problemas, cuando tienes que pagarle la renta) , con una incipiente cadencia cercana a la bossa nova (GM participa ese año en Red Hot + Rio cantando Desafinado junto a Astrud Gilberto) pero sobretodo con una pesada carga sentimental de amores perdidos, relaciones no resueltas y pérdidas.
Pérdidas. Como la de su madre, víctima del cáncer, un año después.
Y después, cuando su carrera parecía encarrilarse nuevamente, con un MTV Unplugged bri-llan-te (la versión de I Cant Make You Love Me de Bonnie Raitt es estremecedora) y el favor de la crítica y el público regresándolo a un sitio de privilegio, volvería otra vez las tapas sensacionalistas, con aquel infame encuentro con un policía en un baño público de Beverly Hills como desencadenante.
No había forma de ocultarlo más.
Ante lo que supondría una feroz persecución mediática, aceptó dar una entrevista a CNN y hablar sobre su sexualidad.
Ese hecho sería motor para componer Outside, canción nueva incluida en su compilatorio LADIES and GENTLEMEN, donde tomaria con sorna aquel hecho y ridiculizaría al policía que lo detuvo (quien también lo llevaría a tribunales).
Luego llegaría SONGS FROM THE LAST CENTURY, un álbum de covers de standars de jazz de los 30 y 40´s, con el agregado de una relajada versión de Roxanne de The Police y co-producido por el histórico Phil Ramone.
Y otra vez, al ojo de la tormenta. Aprovechando las bondades de una Internet en expansión, optó por tantear el panorama y ver si alguien quería todavía saber de él, lanzando canciones sueltas.
Pero primero eligió una llamada Freek, con referencias a sus excesos sexuales y luego, Shoot The Dog, una abierta oda anti Tony Blair.
Como para rematarla, graba un cover de The Grave, vieja canción anti-Vietnam de Don McLean, en plena guerra en Irak. Invitado a Top of the Pop por primera vez en casi 20 años, la producción le pide que no haga referencias políticas. Él accede pero sus coristas visten una remera que dice Stop War Blair Out (la edición posterior las excluyó de la grabación).
Como colorario de un paso errático ¡vuelve a firmar con Sony!
Eso le permite editar PATIENCE, su primer disco de canciones nuevas en casi 8 años, grabado en los estudios de George Martin y nuevamente con Ramone codo a codo en la consola.
Un disco que no agrega mucho, con canciones bien producidas, con algunas pinceladas (John and Elvis are Dead, Flawless) pero lejos de las cúspides anteriores.
Y ooootra vez los problemas: es arrestado nuevamente en un baño público, esta vez en Londres, comenzando una seguidilla de actos que incluyeron posesión de cocaína, manejar borracho y quedarse dormido al volante en plena calle.
Finalmente, en 2010 un juez lo sentencia a cumplir ocho meses de prisión efectiva, de los cuales cumple uno.
Gira aniversario con lanzamiento de otro recopilatorio y gira sinfónica (con disco incluido en 2014) lo devolvieron a los escenarios pero nuevamente fue la salud lo que lo puso contra la pared: en noviembre de 2011 una neumonía lo lleva a un hospital de Viena donde hasta deben hacerle una traqueotomía, salvándole la vida.
En medio, estiletazos de magia en trucos desparejos: la versión con vocoder de True Faith de New Order donada a caridad (una de sus mas fuertes obras a lo largo d su vida), duetos con Paul Mc Cartney, Ray Charles y Tony Bennett que son mas una suma de partes y hasta una canción de Navidad.
Amagaba entrar a grabar un nuevo disco mientras preparaba un documental que tenía fecha de salida para marzo de 2017 y otra vez los tabloides hablan de él: hablan porque se fué.
Y nos deja un sentimiento agridulce a los de este lado del mostrador, un sentimiento de una carrera que pudo ser aun mas brillante o al menos más prolífica, si los pleitos legales y los demonios internos no lo hubieran perseguido.
Sentimiento agridulce de no haberlo podido disfrutar en vivo en nuestro país.
El mundo pierde a un artista notable.
Su voz hoy es más celestial que nunca.
Triste Navidad, ésta última Navidad.