No estoy de acuerdo con eso que dicen por ahí que en esta era de la comunicación es cuando más incomunicados estamos con nuestros seres queridos.
Cuando se ve una foto de una familia o de una pareja sentada en una mesa y con sus integrantes mirando el celular no hay que juzgar a estos pequeños aparatitos (geniales, imprescindibles) como los artefactos malvados que desvían nuestra atención. Probablemente, hay que ponerse a pensar, la persona con la cual nos estamos comunicando virtualmente o el tema que estamos hablando en el grupo de WhatsApp nos genera más curiosidad que el interés que nos despierta el individuo que tenemos enfrente.
Al fin de cuentas, hasta en WhatsApp se evidencia con qué persona y con qué grupo tenemos más afinidad. O acaso no se generan intercambios grupales y, a la vez, conversaciones paralelas? O no hay grupos que están silenciados? Damos rienda suelta a nuestras críticas y deseos, esos que a veces no podemos expresar face to face.
Y una vez más se definen los intereses masculinos y femeninos.
O en qué grupo de amigos no encontramos un audio de un chiste zarpado, un videíto de una de las chicas de GH mostrando sus atributos sexuales o un video de sexo casero?
Y en qué grupo de amigas no está presente la foto de un actor o modelo de ojos claros, tal cual el príncipe azul del imaginario femenino? O una frase de buen inicio de semana? O una imagen de un beso? O una canción de amor?
Una vez más, los chicos soñando con el buen sexo y las chicas fantaseando con el amor. O me equivoco?