El tercer domingo de Agosto, en Argentina, se festeja el Día del Abuelo.
El Papa Francisco destaca la labor en la sociedad de las personas mayores y las recuerda con frecuencia en sus homilías. El 26 de Julio pasado, en la Fiesta de San Joaquín y Santa Ana (padres de la Virgen María y abuelos del Niño Jesús), realizó un saludo especial para ellos: “Para todos los abuelos vivos, pero también por aquellos que nos miran desde el cielo, demos un saludo y un hermoso aplauso”.
A principios de este año también expresó: “El anciano no es un extraterrestre. El anciano somos nosotros: dentro de poco, dentro de mucho, inevitablemente, aunque no pensemos en ello. Y, si no aprendemos a tratar bien a los ancianos, así nos tratarán a nosotros”.
Quienes hemos tenido la fortuna de compartir algunos años de vida, muchos o pocos, con nuestros abuelos sentimos una caricia en el alma al pensar en ellos. Recordamos un aroma, un cuento, una comida, un partido de fútbol, un reto, un abrazo.
Sería importante que, si aún los tenemos, “conectemos” con ellos.
Que les dediquemos aunque sea un poquito de nuestro tan escaso tiempo: una visita, un mensaje, un llamado, un beso, un te quiero.
Sin dudas, será bienvenido.