Existen ciertas recetas que son un verdadero clásico, las cuales se destinan especialmente para las ocasiones especiales en las cuales se reunen los seres queridos. No hay dudas de que el lechón adobado al horno es uno de estos platos. Se trata de una excelente fórmula para resolver una comida que involucre a una cantidad considerable de comensales, sin dejar de mencionar que puede ser combinada con diversas guarniciones.
Es importante considerar que se necesita un poco de paciencia para preparar esta delicia, pero no caben dudas de que el esfuerzo vale la pena. ¡Lo comprobarás cuando todos tus invitados aplaudan tu plato! He aquí la receta en cuestión:
Ingredientes:
Sal a gusto
Pimienta negra a gusto
1 ramito de perejil
1 ramito de orégano fresco (o una cucharada de orégano seco)
6 dientes de ajo triturados
1 cucharada de ají molido
1 cucharadita de pimentón
2 hojas de laurel triturado
Cantidad necesaria de aceite
Cantidad necesaria de vino blanco
2 cucharadas de vinagre
Preparación:
En primer lugar, pelar y picar finamente las cebollas. Repetir la misma operación con el perejil. Añadir ambos ingredientes en un bol junto con el orégano. Añadir en el mismo recipiente los dientes de ajo previamente pelados y triturados. Incorporar también el ají molido, el pimentón y el laurel. Mezclar bien y adicionar de a poco el aceite. La idea es que quede un adobo espeso. Condimentar con vinagre, sal y pimienta.
Untar con el adobo la parte interna del lechón (previamente lavado). Disponer en una asadera panza arriba. Tapar y colocar en la heladera.
Precalentar el horno a fuego máximo y graduarlo en moderado. Poner el lechón nuevamente panza para arriba sobre una asadera. Verter en dicho recipiente un poco de agua, para evitar que la grasa que cae durante la cocción provoque humo o llamaradas.
Rociar el lechón con vino blanco. Es recomendable protegerle las orejas y el rabo con papel aluminio. Cocinar en el horno durante una hora aproximadamente. De vez en cuando, salpicar con más vino blanco.
Una vez transcurrido el tiempo de cocción, retirar el lechón del horno y dejarlo reposar un rato en una tabla o fuente. Tomar una asadera limpiar, echar un poco de agua y disponer el lechón boca abajo esta vez. Pintar generosamente el cuero con grasa de cerdo previamente derretida. Llevar nuevamente al horno caliente una hora más. Pintar de vez en cuando con más grasa.
Si al pincharlo no sale jugo rosado, tu lechón ya estará listo. Podés servirlo caliente o frío, preferentemente acompañado con ensalada de hojas verdes o la típica ensalada rosa.