La confianza se gana y se pierde continuamente.
Pero ¿qué es verdaderamente?
Cuando estamos escuchando a alguien.
Cuando le explicamos las razones del por qué.
Cuando decidimos abrazar.
Cuando nos ponemos en el lugar del otro.
Cuando el sentimiento nos alegra o congoja.
Cuando nos permitimos mas tiempo sin alterarnos.
Cuando todos los días nos juzgamos distintos.
Cuando el respeto se ante pone a todo.
Cuando extrañamos y a la vez, nos sentimos íntegros.
Cuando la mirada nos hace estremecer.
Cuando un te quiero llega en el momento indicado.
La confianza, es un poco de todo eso:
Es la familiaridad con la que armonizamos los momentos.
Es la certidumbre de que marchamos por el camino correcto.
Es la franqueza con la que nos relacionamos todos los días.
Es la libertad que llevamos innata.
Es la fe y la esperanza que no debemos abandonar.
La confianza nos concede un gran valor:
"La sabiduría"
Un estado de conciencia verosímil y honrado.
Saludable y benéfico.
La confianza no es únicamente
"cómo nos relacionamos con nuestros pares",
sino que se inicia en nuestro interior.
La confianza se gana y se pierde continuamente
porque así es la vida.
Y así es como reiteradamente ganamos y perdemos,
todo el tiempo.
Reflexión:
Si no te sientes convencido de lo que haces y cómo lo haces,
restablece tus formas y hábitos. No será nada fácil.
Pero el tiempo te regalará calma y unión.
Y eso, es confianza.