Hace poco menos de una semana estaba en mi casa, en mi cama de dos plazas, tapada como acostumbro con varias frazadas (aunque estemos en primavera siempre fui de exagerar). A mi lado estaba mi sobrina rodeandome con su brazito mientras yo la sostenía en un abrazo... Podía sentir su respiración pausada, calma...
Como cuando te dormís en los brazos de alguien que amás. Entonces me puse a pensar en los que no tienen, en los que no tienen ese abrazo calmo, esas sábanas, ni mucho menos esa cama. Y de repente como quién no quiere la cosa me encontré sumergida en el extremo de mi pensamiento... En cómo sería vivir sin mis comodidades..sin mis zapatillas e incluso sin mi ropa. Pero no fue todo, seguí. Y si además no tuviera agua para beber o para bañarme...
O lo que es más cruel, si no tuviera qué comer cuando tenga hambre, cómo sería? Entonces caí en la cuenta de lo agradecida que debo estar a la vida por darme esos placeres.. o si quieren lujos. Si, lujos. Porque en mi país hay miles de personas olvidadas que no pueden darse nuestros lujos... Que mueren por desnutrición, o por enfermedades que el estado da por erradicadas haciendo la vista gorda y condenando tanto a niños como adultos al olvido. Volviendo a mí prometí no olvidarlos...
Prometí ayudar desde mi pobre lugar en el mundo a que sus hijos sientan la paz de mi sobrina en mi brazos... Esa que llega cuando nos solidarizamos con ellos, cuando los abrazamos desde lejos, pensando por y para ellos... Cuando dejan de ser los marginados de un sistema a formar parte de él.
Daiana L. Oldani Somos un grupo de voluntarios del interior de Córdoba que nos unimos en pos de esta causa tan noble en busca de llevar felicidad al norte de nuestro país, a donde pocos llegan y de los que poco se acuerdan. #TodosconelImpenetrable #AyudanosaAyudar