Los avances de la ciencia han permitido identificar diversos componentes en el vino que serían muy beneficiosos para la salud y en especial los del vino tinto; sin embargo, para alcanzar esos beneficios, es necesario consumir la cantidad de vino justa y además es necesario consumirla junto con las comidas. De hecho, siempre se recomienda no beber vino fuera de las comidas ya que los alimentos favorecen una absorción más lenta del alco
hol.
La paradoja francesa
En 1819 el explorador y comerciante escocés Samuel Black observó que los franceses consumían más alimentos ricos en grasas saturadas que otros pueblos y sin embargo padecían menos enfermedades cardiovasculares. Casi 200 años después se encontró la explicación a este extraño fenómeno: los franceses beben mucho más vino tinto que otros pueblos mediterráneos, combinado con otros alimentos de la dieta típica como el aceite de oliva. Así, comenzó a tomar fuerza la idea de que acompañar las comidas con una cantidad moderada de vino tinto favorece la salud.
Componentes saludables del vino
Debemos saber que el alcohol no posee ningún nutriente sino que solamente aporta energía. Por otra parte, las sustancias saludables se encuentran en las semillas y piel de la uva (donde están también los taninos y colorantes), y pasan al alcohol por efecto de la fermentación; por esta razón los vinos tintos tienen mayor proporción de estos componentes. Así, encontraremos FDS (fibra dietética saludable, el tercer componente más importante después del agua y el alcohol), resveratrol, polifenoles, flavonoides, ácidos orgánicos, glicerina, azúcares, minerales y vitaminas sobre todo del grupo B.
Efectos beneficiosos
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Un sorbo de vino con los primeros bocados de comida potencia la acción digestiva de las pepsinas y evita los gases de una mala digestión;
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Efecto antiséptico: el vino destruye los microbios nocivos que pueden ingresar al estómago con los alimentos (un estudio demostró que las personas que consumen entre 3 y 6 vasos de vino por semana tienen un 11% menos de probabilidades de padecer infecciones por acción de helicobacter pylori, un microbio causante de enfermedades como la gastritis, úlcera péptica y cáncer gástrico);
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Aporte de fibra: el vino tinto contiene en abundancia FDS (hasta 1.4 gramos por litro); esta fibra proviene de polisacáridos no digeribles;
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Prevención del envejecimiento: debido a su contenido en resveratrol, un poderoso antioxidante que activa los llamados “genes del reloj”.
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Prevención de enfermedades cardiovasculares: 200 ml diarios protegen significativamente al organismo contra los riesgos de padecer accidentes cardiovasculares o dicho de otra forma, reducen los riesgos hasta en un 30% disminuyendo la mortalidad global por esta enfermedad.
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¡No dejes de beber tu vaso de vino tinto diario! Si te sientes bien podrás ver la vida de una manera más amable y feliz.