La denuncia penal contra la Presidenta, el canciller y otros funcionarios nacionales por el supuesto encubrimiento del atentado a la AMIA, que el fiscal Alberto Nisman presentó ante el juez federal Ariel Lijo días antes de aprecer muerto en su departamento de Puerto Madero, había involucrado también al gobierno chavista de Venezuela y a uno de sus ex embajadores en Buenos Aires, a quien el fiscal señaló como alguien “estrechamente vinculado con Teherán” que incluso habría “incitado” a la realización de protestas contra la acusación a nueve ciudadanos iraníes.
En la argumentación de su denuncia, el fiscal explica que durante la presidencia de Néstor Kirchner la acusación contra el régimen iraní no tuvo atenuantes ni mucho menos se intentó ponerla en duda, como en cambio sí ocurrió -afirma Nisman- cuando Cristina llegó al poder. Ese supuesto giro se habría consumado con la firma del memorándum de entendimiento entre Irán y la Argentina.
La denuncia rastrea, por ejemplo, los supuestos intentos de Luis D'Elía por desacreditar la “pista iraní” en la investigación por el atentado, y señala a Venezuela como partícipe de la protección al régimen de los ayatollahs.
Según escribió Nisman, en el año 2006, apenas fue conocido el pedido de captura internacional que el juez Rodolfo Canicoba Corral dictó sobre ocho ciudadanos iraníes y un libanés acusados de haber organizado el atentado contra la sede de la AMIA, “el entonces subsecretario nacional de Tierras para el Hábitat Social, señor Luis D'Elía” criticó la medida en un comunicado y organizó una marcha de rechazo.
“Según trascendió, la protesta en repudio a la decisión de la justicia argentina, llevada a cabo en la embajada de Irán y liderada por D'Elía -con participación del referente de Irán en Argentina, Jorge Alejandro 'Yussuf' Khalil- había sido incitada por el entonces embajador de Venezuela en Buenos Aires, Roger Capella”, asegura Nisman.
“Este diplomático venezolano estaba estrechamente vinculado con Teherán y, ya desde aquellos años, favorecía la relación con Irán, los imputados iraníes por el caso AMIA y ciertos referentes locales, como Luis D'Elía y Fernando Esteche”, dice la denuncia. Recordemos que D'Elía y Esteche son dos de las personas acusadas por Nisman de encubrir la investigación del atentado, al igual que el diputado Andrés “Cuervo” Larroque, el canciller Timerman y la mismísima Presidenta.
El fiscal muerto afrma que las cosas eran distintas cuando Néstor Kirchner gobernaba el país. La protesta supuestamente incitada por Capella y organizada por D'Elía “motivó que el ex Presidente Kirchner removiera inmediatamente a Luis D'Elía de su cargo en el Ejecutivo Nacional, al tiempo que se comunicó con su par de Venezuela, Hugo Chávez, quien a los pocos días hizo cesar la misión diplomática del Embajador Capella en Argentina.”
Más adelante, el texto de Nisman que aún tiene en sus manos el juez Lijo afirma que “durante su estadía en Argentina, el embajador Roger Capella trabó una aceitada relación con distintas agrupaciones sociales argentinas, financiando a referentes como Luis D'Elía y Fernando Esteche con viajes, becas y otros recursos”.
Ayer, en Caracas, la oposición reclamó que la Asamblea Nacional investigue la posible participación de Capella y su jefe, Hugo Chávez, en la protección a los acusados iraníes (ver página 4). El gobierno del locuaz Nicolás Maduro, en cambio, no pronunció aún ni una palabra al respecto.