Todas nos estresamos.
Algunas lo equilibramos con algún clonarelajante.
Otras con algún vinito cuando llegamos del trabajo, como si fuera película yanqui, abrimos la heladera, sacamos un vinito y lo tomamos en una copa linda, a la media hora viajamos un cambio.
Otras movemos el cuerpo, caminamos, hacemos running, zumba, natación en piletas con agua calentita, ni hablar de yoga para estirar los músculos y tendones acartonados.
También estamos las que meditamos, conectándonos 40 minutos con nosotras mismas, tratando de pensar en la nada.
Otras hacemos artesanías, inservibles muchas veces: Pintamos cerámicas, cartones, tejemos esos algodones gruesos, fabricamos alfombritas, carteritas.., pintamos almohadones. Algunas nos ponemos a escribir oludeces que nos divierten.
Otras también pintamos. ¿qué cosas? Podemos pintar de todo, desde una cajón que estaba descolorido hasta la puerta principal de tu casa que se estaba quedando sin onda y ahora con la lechuza que le dibujaste quedó re-cool...
Las que seguimos la moda (que a decir verdad, no sabemos por qué la seguimos)- ahora tenemos algo nuevo para des-estresarnos y volver al eje.. unos libros con dibujos vacíos que vos coloreas. Sí, dibujos que proponen simplemente el atractivo de dejarse llevar por un lápiz que rellena espacios entre líneas negras - llámese dibujos que dibujó otro-.
Sí, parece que ahora lo “in”, es pintar espacios entre líneas, llenar vacíos con colores, llenar blancos del papel con marcadores, como si fuera una regresión a las actividades de la escuela primaria.
¡Cuántas cosas para des-estresarnos!¿Pero por qué estamos tan estresadas?
Me estreso de sólo imaginar la respuesta. Mejor me pinto un dibujo destresante, y después sigo pensando la respuesta. Al fin yal cabo, pintar es más fácil que pensar.