02 Junio de 2015 13:14
El poder en la política es bastante relativo. Eso sí, el camino al poder es muy simple. Necesitas una fuerza movilizadora. Un grupo de gente que te banque “en las buenas y en las malas mucho mas”. Que te dicen que hasta la muerta estarán con vos. Todo chamuyo obviamente. Pero pasa que el brillo del dinero te hace ciego a veces. Te envuelve en esa terrible tentación y antes darte cuenta ya le diste unos cuantos buenos mordiscones a esa manzana colorada. Pasa el tiempo y te harás más rico y llegarás a imponer tu influencia sobre más gente. Luego llegará un día en el que te darás cuenta que ese poderoso ya no es el de antes. Está más sucio, menos popular, más pobre y no le sale más esa gambeta que previamente dejaba a tantos rivales atrás. Ahí si le soltás la mano. Culpás unos conflictos de intereses, desacuerdos ideológicos, bla bla bla la misma historia de siempre.
Todos pensamos que todo pasa por el cuarto oscuro. Bueno mentira. Tenemos bien en cuenta que se pueden comprar votos por diversas y numerosas maneras. De todas maneras no todo siempre pasa por ahí, uno puede comprar la cantidad de votos que quisiera pero no le hará más poderoso. El poder te lo definen esos agentes que harán llegar tu mensaje. Despertarán las masas y harán crecer tu imperio. Pueden llegar a ser punteros, medios de comunicación, gremios, sindicatos, asociaciones de fútbol, patrocinadores etc. Una lista interminable. Ellos te convertirán en un líder influyente.
Miremos Argentina un ratito, si estuvieron atentos estas últimas semanas se habrán dado cuenta que soy un exagerado de las comparaciones. Fijemos la lupa en algunos de los presidentes que le tocó al país en sus primera décadas de lo que vamos a llamar “democracia”. Cabe remarcar que ninguno de ellos hubieran llegado al poder sin estos últimos agentes listado previamente. Menem no hubiera llegado al poder sin la CGT ni Clarín. Néstor no hubiera llegado al poder sin la CGT ni Clarín. Macri seguramente llegará al poder gracias a la CGT y Clarín.
Actualmente el Kirchnerismo e historialmente el Peronismo (no discrimino peronismo de derecha ni de izquierda) supo usar a su favor la relación entre el puntero y los habitantes de cada barrio. Una relación casi de dependencia que termina desencadenándose en clientelismo puro. Factores del poder.
Blatter eligió el camino correcto hoy. Le soltaron la mano de todos lados. Sus mayores fuentes de influencia se apagaron. Pagando por votos que en el final nunca servirán como contribución hacia su autoridad, vio como deslizaba su predominancia sobre el fútbol. Perdió esa fuerza movilizadora. La UEFA y la CONMEBOL, dos asociaciones que abarcan las más grandes ligas del mundo y los mayores intereses económicos del fútbol, lo dejaron solito.
La frase que usa en su discurso de dimisión resume todo esto. “Mi mandato no cuenta con el apoyo de todo”. En teoría sí. 133 a 73. Una elección te adjudica poder no? No. Son sólo votos. Muchos pagos. No es influencia. No te atribuye nada más que un cargo importante. Cuando tu dinero ya no brilla como antes, volvés a ser un hombre de carne y huesos y desaparecerás por esa misma puerta que te vio entrar.
La historia de Blatter y el poder es una de amor y como Napoleón decía en el amor hay una sola victoria, huir.