Ya pasaron dos días de la final de la Copa América. Otra frustración que se suma a la del Mundial del año pasado, dos finales perdidas en un año, dos momentos de los más tristes que viví, dos momentos en los que pienso lo mismo: Retirate de la Selección Argentina, Messi. Andate a jugar al Barcelona, a ganar millones de euros en el equipo que te quiere, que te valora, que te dio todo en la vida. No sigas jugando para nosotros, o por lo menos para aquellos que no te tienen piedad y te descuartizan cada vez que haces algo mal. Esas personas que esperan más que nadie que vos no ganes un título para criticarte, esas personas que son más hinchas de tus derrotas que de su mismo país, esas personas que te tiran todas las culpas a vos sin entender nada en la vida. Tantas cosas se han dicho luego del partido, cosas que leo y no puedo creer. Personas a las que me gustaría agarrarlas y sacudirlas así se les acomodan las neuronas, para ver si hacen sinapsis y logran pensar por un momento en su vida, para que puedan dejar esas mentiras de lado y disfrutarte. Me dan ganas de abrazarlos porque, hay que ser especial, por no decir otra palabra, para caerle a un jugador, cuando son 11 los que juegan.
Tan poca felicidad deben tener en su vida que no se conforman con nada, para ellos es inentendible que un jugador tenga un mal partido. “¿Si es el mejor del mundo por que no gana la final solo? ¡Messi no siente la camiseta!”, dicen los maleducados. Maestro, sos vos el que no siente la camiseta, sos vos el que cuando pierde Argentina queres que se vayan todos, que son unos muertos. En las buenas es fácil estar, pero en las malas te borras, pechofrío. Messi no se borra, viene a jugar con los colores que ama a pesar de gente como vos, gente que solo se basa en títulos, gente equivocada. ¿Cómo no va a sentir la camiseta un pibe que eligió a los 17 años luchar por su país que le dio la espalda, en vez de jugar con sus compañeros para España? Ese pibe que cuando debutó en la Selección mayor y lo echaron a los 20 segundos, lloró desconsoladamente diciendo: “No me van a llamar más a jugar con Argentina”. Eso es Messi, un ser humano como cualquier otro que no se siente superior a nadie, un pibe rosarino humilde como pocos.
Me imagino la impotencia de Lio y se me humedecen los ojos, tanto el cómo Mascherano merecen levantar una copa con la “Albiceleste” como pocos. Teniendo que cargar a todo un equipo y un país entero en sus hombros. Siendo culpado por todo cuando un compañero erra un gol que nos podría haber consagrado. Cada día me da más miedo algo que dijo Matías Almeyda: “Algún día Messi se va a cansar y no va a querer venir más a la Selección”. Me tiemblan las piernas con solo pensarlo, me recorre un frío por todo el cuerpo. No lo culparía igual, no merece pasar por esto, siendo el jugador que le devolvió la alegría a Argentina, que hace que disfrutemos de ver los partidos, que te pone la piel de gallina cada vez que agarra la pelota.
No vuelvas a la Selección, Messi. Retirate y anda a pasarla bien a Europa, hasta que nos demos cuenta de lo que vales realmente, de que hemos pecado.
Toribio Tomé (@toribiotome)