25 Agosto de 2016 08:23
Considerar la muerte como opción a la solución de problemas a tan corta edad, cuando se tiene tan escasa consciencia de su significado e implicaciones nos debe llamar poderosamente la atención en cuanto al mensaje que como padres, maestros y sociedad toda generamos.
Eventos suicidas en infantes es un punto de revisión inmediata, continua y de absoluta preocupación. Los factores de riesgo suicida deben ser detectados principalmente en el seno familiar, derivado de ese contacto permanente con nuestros hijos. Hay factores de stress y ansiedad que están generando grave impacto en los infantes y que no son percibidos en su justa dimensión por los adultos a cargos (padres y maestros). Los pequeños se sienten solos o abandonados en lo que entienden sobre el problema y muchas veces las soluciones planteadas los hace sentir mas vulnerables y expuestos.
Debemos evaluar si el mensaje en el hogar los refuerza como individuos. Hay conductas en los pequeños que al los padres estar presentes y digo presentes física y mentalmente en el acontecer o cambios, son leídas al dispararse alertas sobre sucesos perturbadores, como la especial atención en la forma de afrontar las situaciones y frustraciones generadas por éstas.
Muchas veces las exigencias que le hacemos a nuestros hijos en cuanto a rendimiento, adaptabilidad, popularidad sin darnos cuenta, va socavando su autoestima no solo para afrontar sus desafíos, sino para comunicar lo que les preocupa porque se adelantan a respuestas basadas en un discurso conocido.
La responsabilidad ante un acontecimiento de un suicidio infantil por un posible acoso escolar es de una sociedad en su conjunto. En alguna medida el entorno es cómplice ante la burla, la favorece y debemos estudiar que elementos ofrece para el resto que participa, observa y lo disfruta. Se olfatea quien es el diferente y se abusa por ese elemento, se ejerce un poder a través de ello infringiendo dolor y sufrimiento. Y en este contexto algo estamos codificando mal como colectivo y a eso debemos abocarnos. La sociedad en su mayoría no sabe manejar las diferencias y quien se hace poseedora de ella por cualquier motivo se hace acreedor de una señalización, fustigación y castigo constante.
Las redes sociales tienen alto impacto porque la rápida difusión del acontecer contribuye a debilitar e incrementar la angustia con respecto al hecho e imaginar los resultados de su alcance puede resultar realmente aterrador para quien lo enfrenta, no obstante es una arista y no el problema en sí. El acoso es permanente, constante y duradero y suele ser demoledor para la experiencia mental de quien lo padece. Pero regresando al camino del suicidio lo que a los pequeños les produce infelicidad no lo debemos banilizar, las causas pueden estar revestidas de características muy importantes para ellos y deben confiar desde su perspectivas que definitivamente el mundo adulto puede dar soluciones ante lo que les acontece.
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