Durante toda la campaña y desde el comienzo de su gestión como presidente de la Nación, Mauricio Macri ha levantado en reiteradas ocasiones la bandera de la Justicia. Y no me refiero solo al Poder Judicial. Una Justicia comprendida en términos de equidad, es decir, darle a cada uno lo que le corresponde, no importa si lo que se le da es bueno o malo, al fin y al cabo es lo que le corresponde. En palabras sencillas: a quien hizo algo malo le corresponde un castigo, y a quien hizo algo bueno un beneficio o privilegio. Para ello el titular del Poder Ejecutivo Nacional definió, imprecisamente en la campaña y con medidas concretas durante su gobierno, las acciones que el Estado debía ejecutar para brindarle al Pueblo Argentino la Justicia que necesita.
Pero más allá de las honestas (o no) intenciones del Presidente, esta Justicia que propone pareciera ser más un Discurso/Relato que esconde medidas para lograr el tan deseado Equilibrio Fiscal.
Es aprovechando la aprobación que tiene la opinión pública para con estos discursos, y la indignación de muchas personas con la gestión Kirchnerista, que se comenzaron a realizar los recortes considerados pertinentes. A continuación me remitiré a un ejemplo, aunque no el único que estamos viviendo:
Una de las principales erogaciones del Ejecutivo Nacional, hecho reconocido por todos los economistas, son las destinadas a los subsidios. Sean dirigidos a las tarifas de Gas, Electricidad, Agua o Transporte son consideradas un enorme agujero fiscal que impide limitar la emisión monetaria. Pero durante la campaña presidencial de Cambiemos esto no fue presentado así ante el electorado. Todos conocimos la expresión conmovida de los candidatos, ahora funcionarios, de dicho partido al denunciar la desigualdad que presentaban los subsidios entre Ciudad de Buenos Aires y el resto del País. El discurso, en mi opinión correcto, era que "los que menos tienen (personas o provincias) no pueden seguir subsidiando a los más ricos". Es decir que los que estos últimos por tener más deberían recibir menos ayuda estatal y viceversa.
Es así que a los primeros días de asumir, el ministro de Energía y Minería Aranguren comenzó a presentar los nuevos regímenes tarifarios de Electricidad, de Agua y le siguieron los de Gas (sin contar los aumentos de combustibles). El discurso de la Justicia se mantuvo vigente durante algunos meses, hasta que finalmente los aumentos insólitos en las facturas de Gas comenzaron a llegar a los hogares patagónicos. En los medios nacionales aparecieron intendentes que se pusieron al frente de los reclamos diciéndole a sus conciudadanos que si era necesario "no pagaran sus facturas". ¿Después de todo quién se atrevería a cortar el suministro de un servicio tan esencial en las heladas e inhóspitas tierras del Sur argentino en un otoño tan frió? Afortunadamente una locura así no ha ocurrido hasta el momento, aunque una huelga como la que está sucediendo amenaza con hacerlo. A mediados de Mayo y comienzo de Junio nos encontramos enumerando las provincias en las que se presentan y aceptan amparos en contra de los aumentos tarifarios http://goo.gl/ORMLnt . Los gobernadores no se quisieron quedar atrás y comenzaron a poner el grito en el cielo, no solo opositores sino también, por ejemplo, el aliado de Mauricio Macri el gobernador de Mendoza Alfredo Cornejo.
No obstante, aunque erraticamente, el gobierno nacional está reconsiderando los aumentos y otorga beneficios a quienes los necesiten.
Usted estará pensando en este momento: "¿Para qué esta naración? Ya se todo eso". Bueno, pero a veces es necesario que alguien nos ayude a articular lo que sabemos, a articular nuestra memoria, a recordarnos cosas. Es una forma de argumentar que la enunciada Justicia no es más que un ajuste, que no se busca retribuirle a la sociedad lo que se merece, sino resultados contables. Que los números cierren a como de lugar. Entonces me pregunto: ¿Debemos seguir convencidos de la búsqueda de Justicia Equitativa por parte del Gobierno? ¿Debemos sentirnos defraudados por nuestros funcionarios ante estas mentiras? ¿O en realidad son simples errores en la ejecución de medidas y debemos darle tiempo para gobernar?Si algo queda claro es que no sabemos a ciencia cierta qué intenciones tienen estas políticas de recorte del gasto. Esto queda a juicio de cada uno, lo importante es que lo tengamos presente y reflexionemos. Lo que decidamos y hagamos a continuación dependerá de ello y de nuestras necesidades más urgentes. Algunos pueden esperar el derrame de la riqueza, otros no.
De alguien que votó en blanco en las últimas elecciones. Gracias por leer.