Aseguran que los adultos mayores aumentan su autoestima al sentirse protagonistas y un grupo de profesionales quisieron comprobar si era así. Médicos clínicos, psicólogos y trabajadores asistenciales del Centro Hirsch desarrollaron el “Proyecto Anfitriones” dentro de su institución.
El objetivo era que volvieran a sentirse “protagonistas” en su entorno realizando actividades que dejaron de hacer por vivir en una institución, lejos de su casa. Entre las actividades, los adultos recibieron invitados, fueron de compras y tuvieron más libertades en sus horarios, lo que representó un verdadero cambio de paradigma a nivel de instituciones geriátricas.
Hacer las compras, recibir invitados y no tener horarios, fueron algunas de las pruebas.
“Más allá de los números, que son meras estadísticas, el impacto más notable se pudo observar en los rostros, actitudes y expresiones de los participantes antes y después de la experiencia. Se los ve felices y con ganas de hacer más encuentros siendo ellos los protagonistas. Muchos residentes muestran interés en participar del proyecto”, afirmó el Dr. Moisés Schapira MN Nº72224, Director Médico del Centro Hirsch.
Para cuantificar el impacto, se eligieron residentes con baja autoestima, según la escala de Rosenberg que evalúa entre otras cosas cuán satisfecha está consigo misma, cuán útil se siente o si tiene una actitud positiva frente a la vida, entre otros ítems.
Lo llamativo es que una vez concluido el proyecto, los participantes mostraron una elevación en los índices de autoestima: se evidenció un impacto positivo, obteniendo una media de 26,6 (23-29) al inicio, y una media de 30,6 (28-35) al final de la misma.
Un caso ejemplo es el de una señora, que en su estadía de 4 años en la institución nunca había festejado su cumpleaños, hasta pasar por la experiencia de ser anfitriona. Motivada, decidió realizar una “merienda autobiográfica” en la cual se presentó ante sus invitados, a quienes conocía solo de vista. En el encuentro comenzó contando quién era, qué le gustaba y entre otras cosas.
El ánimo de los adultos mayores mejoró notablemente.
Con un efecto contagio llamativo, el resto hizo lo mismo mientras se escuchaban atentamente entre sí. Al día siguiente, de esta manera, la mujer inició nuevos vínculos con sus pares y se mostrará más interesa en hacerse amigos y a charlar con otros residentes.
“El programa consiste en que el participante reciba gente de su entorno como anfitrión, y el objetivo es ayudar a las personas que se encuentran atravesando por la dificultad de sostener vínculos, a entablar relaciones con sus pares dentro de la institución. Trabajamos para estimular y potencializar habilidades cognitivas, sociales y funcionales, explican Cristyn González MN 2523 Terapista Ocupacional y Gabriela Puerta MP 9681 Trabajadora Social, ambas del Centro Hirsch e impulsoras de “Anfitriones”.