19 Mayo de 2017 07:58
"Ojalá podamos colaborar para que un día China tenga su Messi y pueda ser una gran potencia del fútbol mundial", declaró Carlos Mac Allister, Secretario de Deportes de la Nación, al firmar ayer un acuerdo con el gobierno de Xi Jinping.
Mauricio Macri se reunió hoy en China con Carlos Tevez y su esposa, Vanesa Mansilla.
La meta es que directores técnicos y profesores argentinos colaboren con el desarrollo del fútbol chino mediante capacitaciones y clínicas deportivas. A su vez, futbolistas, entrenadores y árbitros del país asiático podrán viajar a nuestro país para formarse en campus de perfeccionamiento intensivos.
De acuerdo a lo revelado por Mac Allister, el interés de Mauricio Macri es el de "generar una idea para vincular futbolísticamente ambos países", para que tanto China como Argentina puedan aprovechar mutuamente sus mercados.
"China es el país con más habitantes del mundo, crece entre el 7 y 15% por año y tiene el propósito de desarrollar el fútbol de forma tal que se posicione como una de las grandes potencias para el 2050", agregó el secretario de Deportes.
En este punto, para Mac Allister, Argentina es el país indicado para impulsar el fútbol chino. "Podrán traer jugadores, a quienes se le dará alojamiento, comida y entrenamiento", explicó señalando que este acuerdo abriría fuentes de trabajo.
"China forma parte de un mercado de 1600 millones de personas, por lo hay que pensar en la televisación y en los auspiciantes", agregó, remarcando que el intercambio puede ser positivo "para el crecimiento del fútbol argentino y sus clubes".
Presidente e hincha
El hambre de China por volver competitivo a su fútbol tiene que ver directamente con la pasión de Jinping por ese deporte. El presidente chini siempre dijo que sus sueños deportivos son tres: que su país clasifique al Mundial, poder organizar el campeonato y, como logro último, levantar la Copa del Mundo.
Xi Jinping es un gran fanático del fútbol.
Sin embargo, la base de la cual Jinping parte es complicada: la Selección china ocupa el puesto 83 de la clasificación mundial. Así, el gobierno instrumentó medidas rápidas y de gran alcance, como la obligatoriedad de la enseñanza de fútbol en las escuelas, la construcción de academias, y el perfeccionamiento constante de directores técnicos y árbitros.
En este punto, los inversores privados también juegan. En la escuela de fútbol Evergrande, construida con capitales empresarios, la cuota es de 8700 dólares al año y los niños aprenden de la mano de un equipo de entrenadores españoles, con clases diarias y partidos los fines de semana.
¿Derroche?
Pero las iniciativas no son sólo formativas. Desde el gobierno también se ha incentivado una carrera de clubes que determinó que en la temporada 2016, los 16 equipos de la liga china gastaran alrededor de 300 millones de dólares (120 millones más que la Premier League inglesa) en fichajes de jugadores extranjeros.
Los ejemplos más cercanos a los argentinos son dos: la contratación de Carlos Tevez por el Shanghai Shenhua con un sueldo anual de 38 millones de euros, y la llegada de Diego Maradona a la liga como asesor y embajador hacia el mundo.
Sin embargo, esta orgía de gastos ha recibido una buena cantidad de críticas. El People's Daily, diario oficial del Partido Comunista Chino, sugirió que los clubes deberían atemperar sus compras.
"La liga más rica del mundo no es necesariamente la más fuerte. La diferencia clave es cómo usar el efectivo", escribió la publicación en una editorial. El pedido encontró cierto eco en el gobierno, que mediante un vocero le aseguró al People's Daily que el Estado "regulará y restringirá las contrataciones más caras e impondrá restricciones razonables a los elevados salarios de los futbolistas".