Una controversia dentro de otra. Así podría definirse el movimiento de opiniones alrededor del proyecto de ley que impulsa la regulación de los deportes electrónicos en el país, impulsado por los diputados Hernán Berisso, Martín Medina, Marcelo Wechsler y Lucas Incicco del PRO, y Josefina Mendoza de la UCR.
Las competencias de eSports en otros países suelen ser eventos multitudinarios.
La propuesta solicita el reconocimiento de los videojuegos como deporte y su inmediata inclusión en el Sistema Nacional del Deporte (Ley Nacional de Deportes N°20.655), que regularía su práctica a nivel nacional.
En el proyecto, los deportes electrónicos se definen como "toda actividad que emplea para su ejecución dispositivos electrónicos -ordenadores personales, consolas de juegos o dispositivos móviles-, a través de diversas plataformas de videojuegos conectadas o no a internet, donde compiten dos o más participantes de manera individual o por equipos".
¿Es o no deporte?
La primera controversia es, claro, la del marco en el cual la práctica del gaming puede ser considerada deporte. En ese sentido, la propuesta presentada por los diputados subraya "la planificación cuidadosa, sincronización precisa y hábil ejecución necesarias para la obtención de la victoria, como así también la preparación, práctica e intenso entrenamiento que conllevan para su desarrollo" como motivos suficientes para designarla como tal.
Por supuesto, no sería la primera vez que una actividad que no demanda movimiento físico limitado es designada como deporte. El ajedrez fue reconocido por el Comité Olímpico Internacional (COI) en 1999, al igual que sucedió ocho años después con el automovilismo, la fórmula 1 y el rally. Hasta el póker fue reconocido en el 2010 por la Asociación Internacional de Deportes Mentales, que forma parte del COI.
Argentina tampoco sería país pionero en reconocer a los videojuegos como deporte: Corea hizo lo propio en el año 2000, mientras que en Alemania avanza la aprobación de legislación al respecto.
La ira de los gamers
Sin embargo, hay una segunda polémica relacionada con el proyecto de ley. Y es que varias asociaciones de gamers argentinos castigaron duramente la inclusión de dos artículos que deja afuera del reconocimiento a todo un sector de la actividad.
"La presente ley desestima los videojuegos violentos y todo aquello que produzca imágenes de furia, agresión o crueldad, cuyas categorías serán especificadas vía reglamentacion", señala el artículo número 3 del proyecto, mientras que el 4 directamente excluye de la definición de deporte electrónico al "género de videojuegos de disparos en primera persona".
En ese sentido, si bien asegura que celebra la creación del proyecto, César Vidal Scasso, presidente de ADEEMA (Asociación de Deportes Electrónicos y Electromecánicos de Argentina), cree que la presentación fue "una decisión muy apresurada".
"Por sus fundamentos se excluye a una gran parte de la comunidad de eSports y también se deja afuera a algunas de las disciplinas que más rédito han tenido en los últimos años en Argentina, como es el caso de los juegos de disparos en primera persona, donde la Selección Argentina de Counter Strike obtuvo el segundo lugar a nivel mundial en The World Championship 2016", le explica a BigBang.
En ese sentido, representantes de ADEEMA ya se reunieron con los asesores de Hernán Berisso, uno de los diputados autores del proyecto, para solicitarle que cambie los artículos criticados. Al parecer, habrían llegado a un acuerdo para eliminar el artículo 4 y modificar el 3.
"Las principales críticas fueron en torno a que no se tuvo en cuenta a los jugadores, equipos y referentes los cuales no tuvieron participación alguna en el armado de este proyecto de ley", señala Vidal Scasso, quien asegura que seguirá reuniéndose con los diputados que armaron la propuesta y trabajando "arduamente para que después de las modificaciones propuestas se logre una ley inclusiva".