06 Junio de 2017 17:28
Era sabido que el domingo todos los hinchas de Boca iban a querer estar en la tribuna alentado. Sobre todo, porque el equipo está en la punta de tabla y tiene todas las chances de salir campeón. Por eso, se sobrepasó la cantidad de gente que quiso ingresar al estadio y el descontrol empezó a correr por los pasillos.
Varios hinchas con entrada en mano, decidieron entrar de forma violenta al estadio, porque no los dejaban pasar.
Lo que ocurrió fue que muchas de las personas que quisieron ingresar a ver el partido, se llevaron la sorpresa de que al estadio no podía entrar nadie más. "Nosotros no hacemos nada", le gritó un hincha a un policía que estaba parado en uno de los ingresos de la cancha.
El clima comenzó a ponerse tenso, ya que varios se quejaron porque eran socios o habían comprado la entrada, y desde la seguridad del lugar no querían dejarlos pasar. "Decime quien está en mi lugar y sacalo", le dijo otro hombre enojado al oficial de la policía. También hubo algunos insultos para Daniel Angelici, presidente del club.
Lo cierto, es que todo empezó minutos antes del encuentro ante Independiente, cuando la policía tomó la decisión de cerrar varios accesos para que la cancha no se excediera en capacidad de personas. Tras la negativa, fueron muchos los que se negaron a aceptar la directiva y decidieron entrar "cueste lo que cueste".
Por eso, muchos de ellos salieron corriendo por las inmediaciones del estadio, y según confirmó Olé, ante el hallazgo de una puerta abierta, decidieron ingresar en patota por la puerta de Brandsen y saltaron los molinetes para ingresar a la tribuna.
A raíz de esto, quienes estuvieron dentro del estadio pudieron ver que el desborde era enorme. Varias tribunas y pasillos quedaron colapsados, al igual que las escaleras de salida y entrada a las tribunas. Así, una vez más, quedó plasmada la ineficacia de todos los responsables, fuerzas de seguridad y dirigentes, a la hora de manejar grandes multitudes.