01 Octubre de 2017 10:17
“No vamos a jugar”. Ese fue el mensaje enviado por las autoridades del Barcelona en medio de la crisis social que se vivía en la ciudad por el referéndum independentista y la violenta reacción del Gobierno español, que envió a más de 10 mil efectivos para evitar que se llevara a cabo la votación.
El encuentro terminó jugándose, pero a puertas cerradas.
El equipo liderado por Lio Messi debía enfrentar a Las Palmas, oriundo de una provincia que se manifestó en contra de la independencia de Cataluña. Y la tensión se vivió también desde el vestuario. Pese a la determinación del Barca de no salir a la cancha, su rival comenzó una movida en redes sociales que hizo que el encuentro se tiñera de política.
"Hoy, lo que hacemos es muy simple. Con la bandera española bordada en nuestra equipación queremos votar de forma inequívoca en una imaginaria consulta a la que nadie nos ha convocado: creemos en la unidad de España", publicó el equipo rival desde su cuenta de Twitter.
¡Todo preparado en el Camp Nou para el #BarçaLasPalmas! #vamosUD
Pero eso no fue todo. Mientras la Confederación española de fútbol todavía debatía el pedido del equipo catalán, su rival volvió a publicar otro chicanero mensaje: "Lo hacemos desde la autoridad moral que le quieran conceder a la región más lejana de la capital de este reino. Lo hacemos para decirle al mundo que sentimos dolor por lo que está ocurriendo".
Los directivos del Barca se llamaron a silencio, pero fue uno de sus defensores estrella, Gerard Piqué, quien no sólo publicó una foto en la que se lo pudo ver sufragar a favor de la independencia catalana, sino que además advirtió ante la prensa su malestar por la represión ordenada desde el Gobierno de España: “Esto es una vergüenza”.
Ja he votat. Junts som imparables defensant la democràcia.
El marido de Shakira tuvo el respaldo inmediato de la Grada de Animación, la barra brava blaugrana, que llamó a ingresar al campo de juego e interrumpirlo en caso de que las autoridades obligaran al equipo a salir a la cancha.
“Ante la indignante represión que está sufriendo el pueblo catalán, pedimos al FC Barcelona que se suspenda el partido. En caso de que no hacerlo, lo haremos nosotros. Hoy no se puede jugar. Es por eso que invitamos a los hinchas del Barcelona que vayan al Camp Nou a ingresar al campo de juego desde el minuto uno y hacer un reclamo pacífico en protesta por la violencia que estamos sufriendo. El mundo lo ve. Luego, vamos a seguir defendiendo nuestros centros de votación y la democracia”, publicaron en un comunicado.
La Liga española, después de horas de silencio e incertidumbre, finalmente dio la orden: el partido debía jugarse y, en caso de que el Barca decidiera no salir a la cancha, le darían el encuentro por perdido, con su consecuente pérdida de puntos.
Acorralados por la decisión de la Liga y el reclamo de sus hinchas, desde el Barcelona aceptaron la posición de las autoridades deportidas, aunque solicitaron que se jugara por primera vez en la historia del estadio a puertas cerradas.
"Barcelona condena las acciones llevadas a cabo hoy en muchas localidades de Catalunya para impedir el ejercicio del derecho democrático y la libre expresión de sus ciudadanos. Ante la excepcionalidad de estos hechos, la Junta Directiva ha decidido que el partido del primer equipo de fútbol de hoy contra Las Palmas se jugará a puertas cerradas, tras la negativa de la Liga de fútbol Profesional a decretar su aplazamiento”, explicaron. La pelea se terminó dando dentro de la cancha y el Barca se impuso 3 a 0, con dos goles de su capitán argentino.
