26 Junio de 2018 09:03
La Justicia y las pericias terminaron por darle la razón a un hombre que reclamaba ser un hijo no reconocido del pentacampeón mundial de Fórmula 1 Juan Manuel Fangio. Se trata de Rubén Juan Vázquez, ahora Fangio de apellido, que inició hace trece años el reclamo en vía judicial luego de que su madre le confesó quien era su padre. La relación entre Rubén y Juan Manuel existió, según relata, desde un principio; inclusive el piloto fue su padrino.
Rubén, de 76 años y jubilado ferroviario, pasará a tener a disposición un patrimonio que se calcula en al menos U$D 50 millones, donde se encuentran propiedades, negocios y marcas del ex piloto que son administradas por los hijos de una prima de Juan Manuel bajó la sociedad Grupo Los Templarios.
Rubén Fangio con el DNI en donde quedó asentado su nuevo apellido.
Rubén nació en Balcarce en 1942, vive en Cañuelas, y conocía al piloto. Sospechaba que era su padrino, pero hace una década se enteró que en realidad era su padre. La noticia se la dio su madre, Catalina Basili. La mujer murió en 2012 a los 103 años. Había firmado un acta ante un escribano onde admitía que su hijo Rubén era fruto de una relación con Fangio, con quien mantuvo un romance a principios de los años 40.
"No he tenido vivencias, lamentablemente", dice Rubén sobre la relación con su padre. "Pero son cosas de la vida, son cosas del destino. Lo que puedo decir es que me siento orgulloso de ser el hijo del más grande corredor de todos los tiempos. Creo que ha dejado algo en las pistas, y un sentimiento en las personas que no se va a borrar nunca", sostuvo en declaración a Clarín.
El mítico piloto argentino, sobre la Ferrari, en 1957.
Para lograr este desenlace, tuvo que atravesar un proceso judicial de trece años. "Fue un camino muy largo y difícil, una lucha intensa. Arranqué en 2005, yo no pensaba que iba a pasar tanto tiempo y que iba a haber tantos inconvenientes. Pero todo llega", explicó. Rubén trabajó en el ferrocarril Roca, en Cañuelas, durante 34 años. Pasó por muchos puestos -fue practicante, boletero y auxiliar- hasta que llegó al área administrativa.
"El ferrocarril me llega muy adentro", se entusiasma el ahora jubilado. Asume que no estuvo tan ligado al automovilismo, aunque se apura a acotar: "Igual, todo aquel que maneja un coche se siente un poco Fangio, ¿no te parece?". Al pensar en la batalla judicial, saca cuentas y sostiene que "todos los años hubo una noticia". En 2015, exhumaron el cuerpo de Fangio del cementerio municipal de Balcarce y, en 2016, confirmaron que los estudios de ADN habían dado positivo.
Fangio junto al Mercedes Benz W196 con el que ganó el título en 1954.
Ahora, en 2018, Rubén logró el control del patrimonio y legado que dejó su padre. Se concretó a fines de la semana pasada, cuando el Juzgado Civil N° 19 del Poder Judicial de la Nación dictó la declaratoria de herederos. "Estamos con la satisfacción de finalizar una batalla que para Rubén parecía inalcanzable", dijo en un comunicado Miguel Ángel Pierri, su abogado desde el primer momento.
"La fortuna de Fangio aún es incalculable y podría ascender a los u$s50 millones o más, porque además de las propiedades, hay negocios que aún están en marcha y que hoy con la declaratoria de herederos en mano se encuentran en un riguroso análisis a los cuales apunta el estudio", agregó. Esteban Bagnato, otro abogado del mismo estudio, explicó que la explotación de la marca Fangio es llevada por hijos de una prima del piloto, quienes tenían "una especie de poder" y crearon el Grupo Los Templarios.
Respecto a "la lista inmensa de propiedades" que el corredor tenía, están a nombre de muchas personas, como sus sobrinos y hermanos. El abogado habla de "sospechosas sociedades u otorgamiento de licencias" y deja en claro que, a partir de este fallo, "toda la herencia se divide entre los dos hijos" de Fangio, que son Rubén y Oscar, otro hijo no reconocido que tuvo el piloto.