11 Octubre de 2017 11:13
La previa del encuentro entre Argentina y Ecuador tuvo un invitado muy especial que no era jugador, utilero ni dirigente. Se trató del “Brujo Manuel", un especialista en magia negra y hombre de confianza de Juan Sebastián Verón.
En La Plata es conocido por sus trabajos en el mundo de la pelota que tienen como objetivo revertir las malas energías y limpiar de impurezas los vestuarios o instalaciones de los clubes.
El brujo recorrió el campo de juego para eliminar las "malas energías".
Por este motivo, desde la AFA se lo contrató para que limpie el vestuario del seleccionado en Ecuador debido a que el equipo nacional llevaba más de un año sin poder anotar un gol a través de una jugada colectiva (los dos que convirtió habían sido de penal y en contra).
La frase del "Chiqui" Tapia sobre el juego.
Tras el encuentro, Tapia se saludó con el Brujo y hasta le agradeció por el "trabajo" realizado. "Más tuvo que ver Messi, pero él tuvo mucho que ver", aseguró el presidente de AFA en un reportaje con ESPN. Inmediatamente, y por la polémica que se había generado, Tapia aclaró que no fue idea suya llevarlo: "Lo trajo Pipo (Marín, presidente de Acassuso)". ¿La victoria argentina se debió al Brujo?
¿Quién es El Brujo?
El mago tiene historia, y su presencia se hizo famosa después de que el club Estudiantes de La Plata ganara la Copa Libertadores en 2009. Además, Manuel estuvo junto al seleccionado en otras oportunidades anteriores, entre ellas, en el Mundial del año 2014, en el cual la Argentina llegó a la final.
Amigo y muy conocido de la "Brujita" Verón, se cree que Manuel llegó ayer a Quito por pedido del líder de Estudiantes y del presidente de la Asociación de Fútbol Argentino.
El Brujo tuvo un rol protagónico en la conquista de Estudiantes.
Con su "consultorio" ubicado en Joaquín Gorina, La Plata, muchos ciudadanos de la localidad acuden a pedirle ayuda a Manuel, quien utiliza sus dotes y capacidades para ayudar a la gente. Los que suelen ir -dicen que no cobra- pero es que importante llegar temprano para no quedarse sin la oportunidad de tenerlo frente a frente.
