01 Junio de 2016 17:47
El espacio donde la Selección Argentina ya se prepara para la Copa América Centenario no es un simple hotel. Es un lugar de gran importancia histórica en el Valle de Santa Clara del estado norteamericano de California y tiene un largo tránsito, que comenzó hace más de 100 años.
La Mansión Hayes se construyó en 1905.
Hayes Mansion fue diseñada por el arquitecto George Page y está inspirada en la arquitectura colonial española. Su construcción fue encargada en 1905 por Mary Folsom Hayes Chynoweth y sus dos hijos, quienes se habían casado recientemente y comenzaban a ampliar sus familias. Sin embargo, la mujer nunca llegó a ver la casa: murió antes de que terminara de erigirse.
Mary Folsom Hayes, la mujer que mandó a construir la casa.
Nacida en 1825, la historia previa de Mary había sido más que particular: a los 27 años tuvo una experiencia religiosa que la llevó a abandonar su trabajo como maestra para convertirse en predicadora y sanadora, convencida de que poseía poderes curativos. Tiempo después se casó con un viudo, Anson Hayes, y tuvo dos hijos: Everis y Jay.
La mansión incluye refinados detalles de construcción.
Cuando ambos ya eran adultos, la familia entera se mudó a California donde comenzó a vivir a costas de una próspera granja en el espacio donde luego se levantaría la mansión. Las familias de ambos hermanos Hayes vivieron en la casa hasta los años '50 antes de venderla.
Y si bien la casa caería en un estado de abandono, fue comprada en los años '80 por el Estado, quien luego la cedió a la empresa hotelera Dolce para que la explotara. Actualmente, el gobierno estadounidense la tiene incluida en el Registro Nacional de Lugares Históricos.
Comodidades varias
Así, actualmente convertida en un hotel, Hayes Mansion cuenta con 214 habitaciones. Para hacer sentir cómodos a los jugadores de la Selección, el personal decoró los espacios que ocupará el equipo durante nueve días con gigantografías, cuadros con frases motivacionales, y detalles en celeste y blanco.
Los futbolistas contarán, además, con la posibilidad de disfrutar un salón de juegos que incluye mesas de ping-pong y de pool, y cuatro consolas de PlayStation 4. También se armó un gimnasio con aparatos traídos desde Buenos Aires y el plantel también trajo varios kilos de yerba mate para que la cocina del hotel no esté desabastecida de sabor argentino.