No lo puedo creer. Uno pensaba, uno quería, uno soñaba que fuera inmortal. No lo puedo creer, no lo quiero escribir, no. Nadie lo puede creer. Duele mucho, demasiado. Murió Diego y uno se mantiene al margen de la televisión y de todo porque no puede soportar esta noticia insoportable. Diego Armando Maradona empieza a ser un recuerdo. Parece que su corazón dijo basta. Justo el de Diego, que era puro corazón. Murió Diego y uno no sabe por dónde empezar, ni qué decir, ni que escribir. Murió Diego y no me sale una palabra. "Por esto que estamos llorando es que los griegos hicieron inmortales a los héroes. Porque no hay llanto que llene el cráter de su ausencia", escribe Julio Fernández Baraibar en Facebook. Es algo así.
No puedo hablar de Diego en pasado, sencillamente. Nadie puede. Y mucho menos despedirlo en caliente, decir algunas palabras que compensen este dolor que todos tenemos. ¿Qué puedo decir que no sepamos sobre él? Cada uno tiene su "momento Diego". O sus "momentos Diego". Pinceladas celestes y blancas: despertarse a las 5/6 de la mañana y a veces más temprano para ver el Mundial Juvenil de Japón, la primera alegría.
Todos tenemos los dos goles a Inglaterra, la mano de Dios y el barrilete cósmico. Todos tenemos los dos goles a Bélgica que habrían entrado en la historia de no ser porque el partido anterior fue justamente ante Inglaterra. Todos tenemos el pase perfecto a Burruchaga para que definiera el Mundial. Todos lo tenemos alzando la Copa. Todos tenemos la maravilla ante Brasil en el 90, para que Cani definiera como el socio perfecto. Todos tenemos las puteadas del Diego indómito a los italianos que silbaban el himno. Todos tenemos la ilusión del Mundial 94, cuando todos teníamos más ganas de que saliera Campeón él que de que saliera Campeón Argentina. Todos tenemos esos dos partidos maravillosos ante Grecia y Nigeria y después la enfermera, el antidoping, la pesadilla.
¿Cómo será un mundo sin Diego? ¿A ustedes se les ocurre, ustedes se lo imaginan? Yo lo vi algunas veces en la cancha y algunas veces cara a cara y no podía sacarle los ojos de encima. Multipliquen esa sensación mía por las de miles de millones de personas y acaso tendremos una vaga, vaguísima idea de lo que significó ser Maradona. Le saqué fotos a sus pies. No podía evitarlo. ¿Cómo será un mundo sin Diego? ¿Cómo guardar en una serie de datos históricos y estadísticos lo que nos pasó con Diego? ¿Cómo negar, uno que vive en Lanús, el orgullo porque nació en Lanús? ¿Cómo olvidar el día en que se puso la camiseta de Lanús en un partido benéfico?
¿Cómo olvidar cuando dijo que En el sur somos todos de Lanús? Cada uno tiene su propio Diego. El mío es el que nació en el Hospital Evita de Lanús.
¿Cómo será un mundo sin Diego? ¿Por dónde empezamos a recordarlo? Ojalá hubiera sido cierto aquello que dijo el Loco Gatti respecto de que era un gordito sin carisma para ser ídolo. El fin de la anécdota es archiconocido: Diego le respondió en la cancha haciéndole cuatro goles con la camiseta de Argentinos Juniors. ¿Cómo será un mundo sin Diego? Despatarrándolo a Fillol con la de Boca, despatarrando ingleses, eludiendo patadas de coreanos y de alemanes y de... Convirtiendo a Nápoles en la Capital Mundial de los Postergados. Flaquito en Newe'lls, gordito en el Sevilla, amado siempre. "Diego va a ser uno de esos personajes que nunca se mueren", dijo el Presidente de la Nación y desde luego que tiene razón. No hay manera de asir la magia. No hay manera de asir la rebelión. Estamos destinados a fracasar en el intento los muchos que lo vamos a intentar hoy.
¿Cómo será un mundo sin Diego? Este dolor tiene y no tiene que ver con el fútbol. Doña Tota le decía que no tenía hambre y no comía para que él comiera. ¿Cuántas veces vimos ese video? Hemos amado a este hombre porque ha logrado que sus sueños fueran los nuestros. Nos hizo felices y eso lo convirtió en uno de nuestros héroes eternos. ¿Quién puede cargar con eso? La pelota no se mancha. ¿Cómo será un mundo sin Diego? Ahora justo a él se le escapó la tortuga. ¿Cómo se va a morir Diego? Cuando murió Juan Domingo Perón, Rodolfo Walsh escribió en la tapa del diario Noticias: "En la conciencia de millones de hombres y mujeres la noticia tardará en volverse tolerable". Murió Diego y aquellas palabras aplican hoy perfectamente. Murió Diego. Tantas veces resucitó que no podemos creer que esta vez sí, que esta vez es definitivo, tan definitivo como el lugar que ocupa en nuestro corazón y en nuestra memoria.