Francia y Australia abrieron la jornada mundialista del sábado con un partido que arrancó con un frenético juego del europeo que duró tan solo cinco minutos y que, con el correr de los minutos, se fue diluyendo. El encuentro se disputó en el estadio Kazán Arena y contó con la primera aparición y el polémico uso del VAR - el sistema de apoyo en vivo para los árbitros- a los 55 minutos.
Francia debutó con los tres puntos.
El partido comenzó a pedido de Francia, uno de los grandes candidatos a ganar la copa y el equipo mejor cotizado del mundial (1.410 millones de euros), que gracias a su buen control de la pelota logró disparar tres veces al arco defendido por Mathew Ryan en cinco minutos.
Sn embargo, hubo que esperar a la segunda mitad para ver las primeras y únicas emociones del partido, ya que Australia nunca perdió el orden y mostró un juego muy conservador, mientras que el equipo de Didier Deschamps decidió no ejercer ningún tipo de presión por sobre su rival.
Fue así que al minuto 55, Antoine Griezmann se escapó de la defensa australiana y cuando estaba a punto de enfrentar al arquero fue derribado por Josh Risdon. Frente a la duda, el árbitro uruguayo Andrés Cunha pidió la asistencia del VAR y cobró la pena desde los doce pasos. Si bien para muchos esta decisión fue desacertada, Griezmann lo cambió por gol y abrió el marcador.
Pese a esto, tan solo cuatro minutos después, Australia rompió las líneas y tras un centro, Samuel Umtiti cometió un infantil e innecesario penal al bajar la pelota con la mano dentro del área. Fue entonces que Mile Jedinak igualó el encuentro y volvió a poner todo como estaba. A partir de ahí, Francia perdió control y juego.
Pero a diez minutos del final, Paul Pogba tomó la iniciativa y tras una buena jugada colectiva remató, la pelota se desvió por arriba del arquero, dio en el travesaño y pico adentro. Los últimos segundos, Francia dominó el encuentro y por momentos sobró a su rival, quien realizó una buena presentación en su debut pese al 2 a 1 final.