En medio del debate que se originó por la confirmación de la Copa América en Brasil, FIFPro - la organización internacional a cargo de defender los derechos e intereses de los futbolistas profesionales ante las federaciones y clubes, entre otros- manifestó su preocupación por el proceso que atravesó la Conmebol para reasignar el torneo sudamericano, que incluyó "decisiones tardías" y el anuncio de una nueva sede "apenas unos días antes" del inicio de la competición.
La cancelación de Argentina como sede se había confirmado el domingo por la noche. Entre otros puntos, se esperaba la llegada de 1.700 personas para trabajar en el marco del torneo, las cuales -a pedido de la Conmebol- no tendrían que cumplir una cuarentena obligatoria. La entidad quería que las semifinales y la final tuvieran público presente, un pedido que terminó por cerrar las negociaciones con el Gobierno. Ambas exigencias fueron denegadas por el presidente Alberto Fernández.
Entre otras soluciones, Conmebol barajó las propuestas de Chile, Ecuador, Uruguay, Venezuela y Brasil para convertirse en sedes de la Copa América. Finalmente, Alejandro Domínguez, el presidente de Conmebol, optó porque el torneo se juegue en tierras brasileñas una vez más. Cabe recordar que la última Copa América se llevó a cabo en 2019 en Brasil y tuvo con ganador al anfitrión, el cual superó por 3 a 1 a la Selección de Perú.
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Su bien puso como condiciones que las delegaciones de los países sean no superiores a las 65 personas, que los partidos sean sin público y que jueguen como máximo diez selecciones el torneo sudamericano, además de “que todas las delegaciones estén vacunadas", el presidente Jair Bolsonaro dio por hecho que el torneo se realizará en su país e hizo público su apoyo para que eso ocurra. “Si es por mí, habrá Copa América", lanzó.
En medio de este panorama, FIFPro lanzó un contundente comunicado en el que resalta que la decisión tomada por la Confederación Sudamericana de Fútbol no solo fue hecha "en corto plazo, sino que el nuevo anfitrión cuenta con un número alarmante de casos de COVID-19, lo que requiere una muy buena y anticipada preparación".
En ese sentido, advirtió: "El breve plazo en que la iniciativa fue confirmada podría conllevar graves consecuencias para la salud de los futbolistas profesionales, el personal y el público en general. Junto a otros actores internacionales dentro del fútbol, desde el inicio de la pandemia de COVID-19, hemos manifestado claramente que la salud pública y la seguridad deben ser la prioridad máxima dentro de la industria del fútbol, incluso más en estos tiempos extraordinarios".
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El organismo sostuvo que la decisión de trasladar "con tan poco tiempo de antelación" a cientos de futbolistas para competir en este torneo, "abre un escenario de incertidumbre para cada uno de ellos y sus familias". "Mientras la pandemia continúa debilitando a los servicios de salud pública en la región, FIFPRO solicita respetuosamente a la CONMEBOL que tome todas las medidas requeridas para asegurar que la competición no ponga en riesgo a los jugadores", exigió.
Y concluyó: "En este contexto, FIFPRO apoyará naturalmente a cada futbolista que decida rechazar la convocatoria y no participar en el torneo en base a sus preocupaciones respecto a salud y seguridad. Al igual que en otras competiciones de selecciones disputadas previamente durante la pandemia, los jugadores deben tener la posibilidad de priorizar su salud y la de sus familias sin temor a ser sancionados".