No fue una buena noche para River. Sintió el golpe de los incidentes en la Bombonera. Deberá ir a convertir a Brasil, al menos un gol y ganar el partido. El gol de visitante vale doble, y esa será la apuesta.
Fue un partido cerrado, en el que los millonarios intentaron hacer fuerte su localía, con poco juego y ritmo. En la cancha nunca hubo clima de Copa y los jugadores lo sintieron.
Si bien tuvo algunas chances para anotar, la mejor, estuvo en el segundo tiempo, en los pies de Teo Gutiérrez errando frente al arco.
Los brasileños jugaron atentos al contragolpe, por ejemplo, cuando Leonel Vangioni salvó una opción muy clara de Willian, jugada que avisó lo que vendría.
A falta de ocho minutos, Marquinhos aprovechó una desinteligencia defensiva de River, y dejó mudo a todo el estadio.
Los minutos pasaron y el partido de ida se fue. El próximo miércoles desde las 22, en Belo Horizonte, se jugará la revancha por un lugar en las semifinales de la Copa y River estará obligados a ganar.
En primer turno, Racing cayó ante Guaraní, en Paraguay, con gol de Julián Benítez y ahora deberá dar vuelta la serie de cuartos de final, la próxima semana en su cancha.