Lo que parecía ser una fiesta, rápidamente se torno en un nuevo episodio de violencia que puso una vez más en tela de juicio a la policía militarizada de Brasil. Tal y como había ocurrido semanas atrás en el marco de la final que disputó Boca ante Fluminense por Copa Libertadores, donde los hinchas del Xeneize fueron ferozmente reprimidos por las autoridades locales, los simpatizantes argentinos que se acercaron al Maracaná para presenciar el duelo entre la Selección argentina y Brasil por la sexta fecha de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de Estados Unidos, México y Canadá 2026 sufrieron la misma suerte.
Todo comenzó minutos antes del inicio del juego, cuando sonaba el himno argentino en el estadio de Río de Janeiro . En ese momento, una serie de disturbios tomaron la escena y rápidamente las cámaras de transmisión captaron en vivo y en directo como los hinchas visitantes eran ferozmente reprimidos en la tribuna. "Están locos", dijo uno de los argentinos atacados por la policía de Río, quien tuvo que saltar al campo de juego escapando de la represalia de las autoridades.
Al ver esto, los jugadores de la Scaloneta, con Lionel Messi a la cabeza, se acercaron a la tribuna y pidieron el cese de las hostilidades. "Siempre igual, mirá lo que es esto", se quejó Lautaro Martínez ante las cámaras televisivas. "Es una vergüenza esta policía!!! Cómo puede ser posible?? Hasta cuándo?? Siempre lo mismo!!!!", posteó Lisandro Martínez a través de las redes sociales, quien tuvo que ausentarse debido a una lesión que lo alejó de las canchas por un tiempo.
Fueron cerca de 50 hinchas argentinos los que bajaron de la tribuna a la cancha en medio de las corridas y escapando de los reiterados golpes, amenazas y la feroz represión de la policía. Allí se mezclados con la seguridad y los integrantes de la Scaloneta, quienes se solidarizaron con ellos y les pidieron explicaciones sobre lo que estaba ocurriendo. En ese momento, harto y con la impotencia propia de ver como los suyos eran agredidos, Emiliano El Dibu Martínez se trepó a la tribuna y golpeo a uno de los integrantes de la seguridad del estadio que estaba atacando a palazos a una familia. El arquero argentino tuvo que se tranquilizado por sus compañeros.
Fue entonces que Lionel Andrés Messi, al ver lo que estaba ocurriendo y a los hinchas visiblemente malheridos, se puso en su rol de capitán, reunió a los suyos y se retiró del campo de juego advirtiéndole al árbitro Piero Maza: "No jugamos, nos vamos". Finalmente, las autoridades dieron el "ok" para que el encuentro se reanude y los integrantes de la Scaloneta, con La Pulga a la cabeza, regresaron al campo de juego para disputar su duelo ante Brasil.