El fenómeno de la inmigración y el deporte escribió muchas páginas de gloria en el fútbol argentino. Desde el ingreso de la pelota que trajeron los ingleses, a la fundación de entidades deportivas por parte de colonias de inmigrantes, el rol que cumplieron y cumplen los clubes, es parte del ADN nacional que le dio al país -entre otras cosas- la posibilidad de ostentar tener a los dos mejores futbolistas de la historia, Diego Armando Maradona y Lionel Messi.
El Club Deportivo Español o Sportivo Italiano, son sólo dos ejemplos de estas iniciativas que comenzaron como un sueño de un grupo y trascendieron generaciones. Con ese espíritu, el ex dirigente de River Plate Adrián Varela y otro ex referente de Boca Juniors Gustavo Nomdedeu, fundaron a fines de 2023 el Club Argentino de Madrid, una entidad deportiva que recibió un fuerte respaldo del influencer Valentín Scarsini, que le permitió crecer en fama y popularidad en muy poco tiempo.
La joven figura también fue fundamental en hacer llegar a oídos de todos los nombres de las últimas incorporaciones de renombre que se unieron al Club Argentino: Rafael y Agustín Álvarez, los hermanos del delantero de La Scaloneta y el Atlético de Madrid, Julián Álvarez. A través de esta noticia es que cientos de miles de argentinos y argentinas conocieron el sueño de Varela y Nomdedeu, y hasta comenzaron a apoyarlo.
En diálogo con BigBang, Varela contó con lujo de detalles cómo empezó el Club Argentino de España y aseguró que la entidad que encabeza no tiene techo a la hora de sus aspiraciones deportiva. La proyección que hacen es la ascender de la última división del fútbol español a la primera en la menor cantidad de años posibles, mientras consolidan su proyecto con un lugar físico que sirva como club social y lugar de encuentro, además de espacio deportivo. Una costumbre tan argentina como el dulce de leche y la birome.
En 2023 comenzó el sueño del "Granadero". Parece mentira que en menos de dos años hayan crecido tanto. ¿Qué cuestiones comulgaron para que esto se dé de esta manera?
- El proyecto de club desde un comienzo ya reflejaba, incluso en el nombre, aspiraciones de ser algo grande, del mismo modo que en su momento se fundaron clubes de inmigrantes en la Argentina, como Deportivo Español y Sportivo Italiano -que llegaron a jugar en Primera División-, el Club Argentino de España nace con la misma aspiración y ambición.
Luego, desde ya, en función de las condiciones de financiación acotadas que teníamos, fuimos planificando el proyecto en pequeños pasos. Y bueno, lo que sucede es que ya en esta temporada, con un equipo más afianzado y una competencia deportiva mucho más acorde a lo que nosotros aspiramos, en términos de conseguir ascensos en la escalera del fútbol español, sucede la aparición de Valentín, este influencer espectacular y tan buen chico, que se enamora del proyecto y lo da a conocer.
A partir de ahí se da un salto de visibilidad enorme que nos permite avanzar en términos de mejorar la exposición del club y las aspiraciones de conseguir financiación y el ingreso de gente que esté interesada en llevar adelante este proyecto, porque al fin y al cabo somos muy pocos llevando esto adelante. Y en función de esto tener el sueño de crecer un poco más rápido en términos de infraestructura y en lo deportivo fortalecernos para seguir consiguiendo ascensos en el menor tiempo posible.
Nos pusimos a trabajar sin pensar en cuánto iba a demorar el crecimiento, porque siempre fue pensado como un club que nos trascendiera. Un club que pudiera representar ese sentir de inmigrante argentino a lo largo de muchísimos años, muchos más de los que nosotros lo podríamos ver.
La incorporación de los hermanos de Julián Álvarez al equipo llamó mucho la atención. Además de en lo futbolístico, ¿cuánto se creció en términos de imagen y popularidad?
- El ingreso de Rafael y Agustín se da justo en el momento en el que el club estalla a partir de la visibilización que le da Valentín. Es una coincidencia que se da. En lo deportivo nos aportan muchísimo, porque son jugadores de mucha calidad, que vinieron a reforzar un equipo que estaba ensamblado y en muy buen funcionamiento. En vistas al tirón final del torneo, le agregaron mucho valor los chicos.
Tuvimos conocimiento por el ex River Lucás Beltrán, que es amigo de ellos y está en la Fiorentina. Nos contó que los chicos jugaban muy bien. Fue suficiente verlos entrenar para que quisiéramos ficharlos. Ellos se sintieron recontra representados por la idea del club que teníamos. Además fueron muy bien aceptados en el grupo, al que entraron con muchísima humildad. Con lo cual fue todo muy natural. En simultáneo, con la explosión mediática que le dio Valentín, hizo que hoy estemos ante una exposición que es muy superior a los de muchísimos clubes del ascenso español, e incluso algunos de Primera División.
Después es lógico que le den una trascendencia mediática por la fama de Julián. Pero la realidad es que nosotros siempre intentamos de que se sientan como uno más, porque lo son, son parte del grupo, y en el fútbol lo fundamental siempre es la conformación de un buen equipo de trabajo, de un grupo. El éxito individual en el fútbol no existe, ellos lo saben perfectamente y se acoplaron al equipo de una manera bárbara.
En la Argentina la gestión de Javier Milei reintrodujo el debate de las Sociedades Anónimas Deportivas (SADs). ¿Qué perspectiva manejan al respecto en el Club Argentino?
- El debate es natural que se dé en tanto y en cuanto en la mayoría de los países esa forma jurídica está totalmente implementada en el fútbol profesional. A partir de eso, creo que se requiere analizar todas las alternativas porque en este caso en particular no hay blancos y negros, sino que puede haber grises. Hay casos de éxito y también de fracaso en las sociedades anónimas, pero hay muchos modelos como el de Alemania e incluso el de Uruguay, que parecen ser exitosos y parecen, además, contemplar la posibilidad de que los clubes, con su esencia de asociación civil, como las conocemos y queremos nosotros en la Argentina, puedan mantenerse y así y todo recibir inversión privada que tanto se necesita en términos de infraestructura, para mejora la calidad de preparación de nuestros chicos, nuestro talento, que es lo más importante que tenemos. Y explotarlo de mejor manera puede ser muy importante para los clubes argentinos.
En sus intenciones conmemoran la cultura del club social y esas grandes instituciones que fundaron los inmigrantes en la Argentina. ¿Cómo responden las y los argentinos que viven en Madrid a su propuesta? ¿Hay mucha participación social y cultural, más allá de la actividad propiamente deportiva? Es interesante como efecto contracultural de una humanidad cada vez más digital y aislada.
- El concepto de club social y deportivo como lo conocemos en la Argentina, y generador de comunidad, de relacionamiento entre la sociedad, es lo que valoramos y es un elemento fundamental en la sociedad argentina. Nosotros, con tantos argentinos viviendo en España, consideramos que replicar ese modelo aquí, donde es mucho más habitual la configuración de clubes dedicadas al fútbol o cualquier otro deporte, es algo no sólo simbólico, sino una herramienta de encuentro entre los argentinos. Por supuesto siempre con una noción aperturista hacia el resto de la sociedad, en esta caso la española que nos acoge, y así también somos nosotros, que tenemos como esencia la diversidad cultural, y el club también busca dar muestra de ello cada vez que tenemos en el club españoles, rumanos o cualquier otra nacionalidad, sin ninguna diferencia.
Nuestra esencia es competir, respetando nuestro estilo de juego, el que identifica al fútbol argentino, encabezado por Lionel Messi y la Selección Nacional"
La respuestas de los argentinos inmigrantes en España a la fundación del club es extraordinaria en la medida que se va conociendo. Hay una adhesión natural, porque está dentro de nuestra identidad como argentinos la pasión por el fútbol. Para nosotros como inmigrantes es una forma de generar un espacio de encuentro. El desafío es tener ese espacio de manera física, tenerlo real, cosa que todavía no hemos conseguido. La idea es encontrar una estructura económica y financiera para recrear un club como lo conocemos en la Argentina, con una sede social, campo de juego, bar o quincho donde encontrarnos, comer un asado, y donde el argentino se sienta a gusto y atraído para venir y hacer relaciones no sólo con argentinos, sino con toda la comunidad, porque también es parte de nuestra identidad la diversidad cultural.
A la hora del fútbol, las y los argentinos son muy ambiciosos. ¿Cómo ven el futuro del club en cuanto al rendimiento y cuáles son las próximas aspiraciones deportivas que tienen?
- Son las que cualquier argentino tiene cuando hablamos de fútbol o de cualquier deporte. Nuestra esencia es competir, respetando nuestro estilo de juego, el que identifica al fútbol argentino, encabezado por Lionel Messi y la Selección Nacional. Nosotros perseguimos esa forma de jugar. Siempre aspiramos a eso y, deportivamente, a lo máximo. No nos ponemos ningún techo, como solemos hacer los argentinos. Las ideas que tenemos siempre son de grandeza, más allá de las dificultades que encontremos para llegar a ello, o incluso que no lleguemos. La aspiración siempre es la máxima para escalar los escalones que sea en el fútbol español.
¿Ya les pasó que se encontraron camisetas del Club Argentino en Argentina? ¿Cómo está respondiendo el público argentino ante este fenómeno que desataron?
- Nos provoca muchísima emoción. Permanentemente nos mandan fotos y mensajes desde la Argentina, con gente con la camiseta. Nos emociona mucho. Es difícil imaginarse, estando en la Argentina, lo que provoca la vinculación o el sentimiento de estar un poco más cerca de nuestro país. Muchas veces la soledad que implica emigar es muy fuerte. Entonces fenómenos como este en los que la Argentina se acerca tanto a nosotros a través de mensajes de cariño, apoyo, la compra de la camiseta, querer llevar orgullosos el escudo del club. Para nosotros primero es un honor gigantesco y segundo es un mimo al alma, porque vivir afuera tiene muchas ventajas por un lado, pero al mismo tiempo nunca en ningún lado se está como en casa.
Un gallina y un bostero se juntaron para comenzar este sueño. ¿Cómo decidieron los colores, el apodo del Granadero y el nombre del Club?
- El hecho de que nos juntáramos un hincha de River y uno de Boca para fundar este club también fue fortuito, pero al fin y al cabo es como si fuera un hilo rojo de la historia, el nacimiento y el desarrollo de este club. De alguna manera tenía que ser así: entre dos hinchas de los clubes más importantes de la Argentina. Después el resto fue simplemente poner el hecho de ser argentinos, que es lo que nos une. Por eso nuestra camiseta lleva los colores de la Argentina y la segunda camiseta lleva una simbología que representa a la Argentina en su nacimiento y conformación, hace ya muchos años a través de un prócer como el general José de San Martín y su Regimiento de Granaderos. Y va mucho más allá de los colores que podamos tener nosotros de nuestros clubes en la Argentina, que son pasiones muy profundas, pero que están en un plano secundario cuando hablamos de los sentimientos argentinos.