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Efecto Carlitos: los que volvieron al club de sus amores para triunfar

Luego de Tevez, Milito, Marco Ruben y Montenegro, hay otros futbolistas que decidieron volver al club de donde surgieron, donde triunfaron o donde más identificados se sienten. Del regreso de Silva a Banfield al llanto de Pepe Sand al volver a Lanús junto a Pelletieri, pasando por Herrera en Central, Domingo en River o el “Pocho” Insúa en Argentinos.

19 Enero de 2016 07:45
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Antepuso el amor al dinero, el calor a los millones. Y triunfó. Carlitos Tevez marcó el rumbo para una tendencia que en este alicaído libro de pases 2016 se impone: los futbolistas que vuelven a los clubes que los vieron nacer o que más los identifican a empaparse de lo que ya conocen. Su casa, sus colores, su gente. Como dice la publicidad de la tarjeta de crédito: hay cosas que el dinero no puede comprar. 

Eso sí, un antecedente poco valorado es de Rolfi Montenegro, que cobra relevancia después del golazo que clavó en el clásico de verano frente a San Lorenzo. El crack tenía todo arreglado antes del comienzo del campeonato largo con Nueva Chicago, pero sobre el cierre del libro de pases Rolfi pegó el portazo y volvió a Parque Patricios, a Huracán, su casa. Y llegó nada menos que a la final de la Copa Sudamericana con su club.

El otro regreso que dio sus frutos fue el de Marco Ruben a Central. El goleador, cuyo pase pertenecía al Dinamo Kiev, vino a préstamo al club de sus amores. Y se convirtió en goleador y mejor jugador del campeonato, en el equipo revelación. Tanto se reavivó el romance entre Ruben y el Canalla que exigió a los rusos que le vendieran el pase a los rosarinos. Marco quería que su ficha fuera enteramente de Central. Incluso amenazó con dejar de jugar al fútbol. Los rusos aflojaron y, a cambio de 4 millones de dólares, Ruben ya no se va de Arroyito. 

Mayor trascendencia tuvo la vuelta del “Príncipe”, Diego Milito, que volvió después de haber ganado todo en Europa a su Racing querido para sacarlo campeón. Ídolo de la parcialidad académica, que le dedica un canto a esta altura antológico (el clásico “Milito hay uno solo”). Más allá de su contribución goleadora, su caballerosidad deportiva y el magnetismo de su figura como jugador, el mayor de los Milito dejó un legado inolvidable: esta perlita.

Temporada 2016

Para acompañar a Milito, Racing trajo de nuevo a Lisandro López. Goleador implacable que hizo una carrera asombrosa en Portugal y Francia y que viene de jugar en Brasil, “Licha”, regresa al club que lo hizo como jugador, donde compartió plantel nada menos que con el "Príncipe”, antes del exilio de ambos al mercado europeo. Su regreso es uno de los más esperados por los hinchas.

En este libro de pases abundan los casos de jugadores que decidieron volver a casa. José “Pepe” Sand y Agustín Pelletieri regresaron a Lanús, donde salieron campeones de la mano de Ramón Cabrero en 2007. El volante central proviene de Tigre, y el delantero, si bien es formado en River y cuenta con una amplia trayectoria en el universo futbolístico, fue en el Granate donde halló su lugar en el mundo. Tanto que, al brindar la conferencia de prensa que anunciaba su vuelta, se puso a llorar como un chico.

Otro que decidió calzarse una camiseta que lo hizo feliz fue el “Pelado” Santiago Silva. El uruguayo salió campeón con el Taladro en 2009, y se erigió como una de las figuras de aquel plantel. Tanto que después volvió a Vélez (donde salió campeón de nuevo), tuvo un fugaz paso por Fiorentina de Italia, jugó en Boca y allí algo sucedió, una decisión que modificaría la relación con los hinchas de Banfield, al menos hasta que Silva vuelva a mostrar el nivel de antes: el goleador, el símbolo se fue nada menos que a Lanús. Y se sabe: para un hincha no hay mayor traición que cuando un ídolo se va a jugar al clásico. Es como cuando la esposa se va con el mejor amigo. Pero peor. 

Otro de los casos de hijo pródigo que regresa se da con Federico Insúa a Argentinos Juniors. El “Pocho” es un mimado de La Paternal. Allí nació futbolísticamente, con la estirpe que le imprimían a los Bichos los que gastaban la suela en Club Parque. Insúa no era la excepción, y tuvo una carrera estupenda. Independiente, Boca, Alemania, México, Vélez, Turquía y un último paso por Colombia fueron la previa para el reencuentro entre la camiseta roja y el “Pocho”, que viene a desplegar su elegancia y toque y a llevarse los últimos aplausos de una carrera para admirar. 

Después de 3 temporadas en Banfield, Nico Domingo vuelve a River, donde surgió. 

Uno de los regresos menos publicitados pero igual de importante es el de Nicolás Domingo a River. El rubio volante central vuelve a Núñez, club que lo forjó y donde nunca pudo triunfar. Sí tuvo exitosos pasos por otros clubes: Peñarol y Banfield sobre todo. En el Taladro se consolidó como el jugador que es hoy y que le permite volver a ponerse la camiseta número 5 del Millonario, la misma que no viste desde hace 4 años.

A Central también volvió Germán Herrera. El delantero vuelve al canalla después de pasar la mayor parte de su carrera en Brasil. Allí jugó para Gremio, Corinthians y Botafogo. En los últimos dos años estuvo en Emiratos Árabes, y consideró que era el momento de pegar la vuelta. 

El postre

Pero hay un regreso que, de darse, opacaría a todos los demás. Salvando las distancias, se podría ubicar al mismo nivel de relevancia que tuvieron las vueltas de Tevez o de Milito. Se trata de Germán Denis, que a los 34 años está intentando desvincularse del Atalanta para regresar a Independiente, donde es ídolo.

El Tanque mantiene un buen nivel en el Calcio, y su contrato vence en junio de 2017, pero el rubio mete presión para rescindirlo y volver al club de Avellaneda. Desde el entorno del goleador ya manifestaron la intención de volver en junio pasado, pero no se pudo concretar. Ahora todo indica que el sueño se hará realidad. 

Los que no

Pero hubo casos poco felices, esos que le dan la razón a Joaquín Sabina cuando canta “al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”. Los últimos casos fueron los de Pablo Aimar y Javier Saviola, quienes regresaron a River después de fructíferas carreras en el exterior pero se fueron sin pena ni gloria. 

El Payaso tuvo que abandonar el club por sus constantes lesiones, y encima tuvo la mala suerte de que se filtró un audio privado en el que manifestaba los motivos de su renuncia al plantel y su alejamiento del fútbol. El Conejo no pudo marcar ni un gol. Ahora lo busca Talleres.  

El Efecto Carlitos caló hondo en el fútbol argentino. Y eso es saludable.