A los 36 años y cuando muchos ya daban por terminada su carrera, Carlos Tevez se mostró decisivo para que Boca obtuviera una nueva Superliga al marcar el gol de la victoria frente a Gimnasia y Esgrima de La Plata. Paralelamente, River no logró ganarle a Atlético Tucumán, lo cual selló una copa aún más sabrosa: el competidor en la recta final del campeonato era nada más y nada menos que el clásico rival.

Un rato antes, Tevez le había estampado un beso en la boca a Diego Maradona, DT del equipo platense homenajeado por el club y los hinchas xeneizes antes del comienzo del cotejo.

Los ex futbolistas Miguel Angel Brindisi y Hugo Perotti, compañeros del "10" en el Boca campeón de 1981, le entregaron al astro una plaqueta recordando ese título y una camiseta con el número 10.

Maradona estuvo acompañado por su hija Dalma y su nieto mayor Benjamín, quienes lo abrazaron luego del homenaje. Gianinna, por su parte, siguió la acción desde el palco, emocionada. 

El "10" también se hizo lugar para una cargada a River: cuando ambos equipos se dirigían al vestuario luego del final del primer tiempo, fue captado por las cámaras de la transmisión televisiva imitando el movimiento de las alas de una gallina con sus brazos.

"No se puede llamar fracaso a toda derrota"

 "Casi todos los técnicos estamos acostumbrados a perder más de lo que ganamos", reflexionó desde la otra cara de la moneda Marcelo Gallardo, DT de River, que vio escaparse el campeonato por un margen mínimo. "Son pocos los privilegiados que ganan más de lo que pierden. No se puede llamar fracaso a toda derrota. No lo pudimos cerrar, lamentablemente".

"El miércoles volvemos a jugar por Copa, en un ambiente extraño, sin público, ahora hay que tratar de salir del dolor, de la tristeza, de la desilusión, y el lunes volver a carretear. Lo hemos hecho en otras oportunidades", se esperanzó.