El tenista serbio y número uno del mundo, Novak Djokovic, ya comienza a sentir las consecuencias económicas además de las deportivas de su negativa a vacunarse contra el Covid-19 y el rol que empieza a tomar como “embajador” de los antivacunas.
El reciente episodio que vivió en Australia, en donde no podrá participar en el primera Grand Slam del año, fue la gota que derramó el vaso. Djokovic mintió a las autoridades de Australia cuando intentó conseguir un permiso especial porque no está vacunado y eso generó que sea deportado de Melbourne. Si bien tuvo un fallo favorable por un problema administrativo de Migraciones, al poco tiempo se demostraron las falencias en los documentos que presentó.
Se terminó el show antivacuna: la furia de Djokovic por su deportación y a dónde viajó ahora
Desde el vamos, no podrá defender los 2.000 puntos del torneo por lo que se expone a perder el primer lugar del ranking de la ATP si se alzan con el título Daniil Medvédev o Alexander Zverev. Tampoco podrá superar a Roger Federer y Rafael Nadal como máximos ganadores de torneos de Grand Slam en la historia. No contento con esto, también están las pérdidas económicas.
Era un claro favorito para el Abierto de Australia y se quedará con las ganas. El torneo entrega a quien se alce con la copa un premio de USD 3.149.322. Solamente por participar se iba a llevar USD 64.418. Eso sin contar los sponsor o el dinero que puede generar al rededor del mismo. Si bien por su personalidad y forma de ser no es de los tenistas que más facturan, sólo el año pasado se calcula que ganó USD 30 millones en contratos publicitarios. Cifra lejana, por ejemplo, de los USD 90 millones de Federer; pero nada despreciable para el resto de los mortales.
Dentro de se monto es donde está el principal problema en cuestión y que es una verdadera bomba de tiempo para él. Sus dos principales sponsor son empresas francesas (Lacoste y Peugeot). Al punto tal de que es una de las caras visibles de ambas marcas. El interés de contar con Novak en los torneos que se juegan en Francia es por ende una preocupación grande para ellas, según dejaron trascender en varios artículos publicados en la prensa especializada en tenis.
Pero la administración de Emmanuele Macrón se encargó en las últimas horas de dar a conocer los detalles, sin nombrar directamente a Djokovic, por los cuales no podrá ingresar al país para competir. La encargada de dar a conocer la noticia fue la ministra de Deportes, Roxana Maracineanu, mediante un breve comunicado en su cuenta de Twitter en donde hizo alusión a la creación del pase de vacunación que se solicitará para entrar a Francia que se aprobó recientemente.
“Desde que se promulgue la ley, será obligatorio ingresar a los establecimientos abiertos al público con un pase de salud para todos los espectadores, practicantes, profesionales franceses o extranjeros. Trabajaremos juntos para preservar las competencias y ser los embajadores de estas medidas a nivel internacional”, escribió en su cuenta de Twitter.
A eso se le suma su posición minoritaria dentro de la ATP. En un comunicado reciente el organismo que rige el tenis a nivel mundial explicó que el 97% de los tenistas Top 100 se encuentran vacunados, es decir que dentro de los cien mejores jugadores del mundo hay sólo tres, con Djokovic incluido, que no se inocularon contra el Covid-19.
En ese mismo comunicado, que es el único de la ATP sobre todo el caso Djokovic, se remarcó que la organización “continúa recomendando firmemente la vacunación” a los jugadores y lo considera “esencial” para que el tenis “pueda existir con la pandemia”. En total, se estima que el tenista se perdería la posibilidad de facturar unos 70 millones de dólares este año, en caso de insistir en su rechazo a las vacunas.